Lleva razón el presidente electo, cuando señala, en otras palabras, que es inadmisible que las muertes en el Perú no tengan responsables, y que en el conflicto de Huancavelica, cuya desatención dio lugar a la violencia y las muertes, los responsables son los poderes Legislativo y Ejecutivo, y que las responsabilidades tienen que dilucidarse, pues “no puede morir un peruano o una peruana y que no pase nada”.
Es de esperar que la cultura de respeto a la vida y rechazo a la impunidad que conllevan esas reflexiones, auguren el inicio de un nuevo estilo, en el que imperen el diálogo, la democracia, la tolerancia, la ley y la responsabilidad, para dejar atrás un quinquenio en el que la desidia criminal de los gobernantes llevó al agravamiento de conflictos sociales con un lamentable saldo de cerca de 90 muertos, saldo deplorable, según el defensor del Pueblo encargado.
Cabe añadir que tales pérdidas de vidas humanas, inconcebibles bajo un gobierno democrático y elegido por el pueblo, no pueden quedar impunes y deben ser materia de investigación para determinar responsabilidades y aplicar las sanciones que la justicia determine, como corresponde.
Ha puesto el dedo en la llaga el defensor, al señalar que es una pésima señal que el Estado (y quienes lo manejan, es decir los gobernantes) hayan establecido la rutina macabra de esperar que haya muertos para recién abordar los problemas y solucionarlos, generalmente con medidas lógicas que pudieron tomarse antes de que la sangre de los hijos del pueblo vuelva a derramarse, lo que hace, además de dolorosas e indignantes, absurdas a esas muertes.
Para el gobernante que asumirá la conducción del país el 28 de julio, por otra parte, es indispensable que el mandatario saliente cumpla a cabalidad sus deberes, solucione los conflictos sociales desatados –por su desidia, anotamos nosotros- en las últimas semanas y no le entregue el país convertido en un campo minado, cuando hay más de 200 de esos problemas sin resolver.
El presidente electo hizo el comentario tras recibir sus credenciales del Jurado Nacional de Elecciones, ceremonia en la que ratificó su programa de cambios sociales graduados y en democracia, para que, además de crecimiento, haya equidad, única fórmula para desactivar los conflictos y evitarlos, pues la paz solo es posible si está acompañada de la justicia.
Y para resolver los conflictos existentes, ha adelantado que el camino será el diálogo y el respeto a los derechos y libertades de las comunidades a la consulta y no la imposición; camino atinado, entre otras cosas porque la imposición, la represión y la criminalización de las expresiones de descontento social no le sirvieron al gobierno que se va, para impedir que los conflictos crezcan hasta sumar más del triple que había cuando se inició la actual administración, hace cinco años.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/la-primera-palabra/responsabilidades_88928.html
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