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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 21 de julio de 2012

Una pintura perfecta, precisa y poética del criollismo nacional


Una pintura perfecta, precisa y poética del criollismo nacional

“Déjame que te cuente, limeño, déjame que te diga la gloria, del ensueño que evoca la memoria del viejo puente, del río y la alameda”, dice la letra de una obra maestra del criollismo nacional interpretada por primera vez, un día como hoy, hace 62 años (21 julio 1950). Fue una noche en donde el frío rompehuesos de la invernal Lima invitaba a escuchar la guitarra y el cajón para calentar el cuerpo, sobre todo si la negra más salerosa del Rímac celebraba su cumpleaños con jarana criolla. En ese escenario, nuestra por entonces novata María Isabel Granda y Larco, la...
Chabuca Limeña, cantó una pintura perfecta, precisa y poética de la historia de una entrañable amistad entre una negra del distrito bajopontino y ella, cantó La Flor de la Canela.
 
 Teresa Fuller, hija de Chabuca Granda, tiene los ojos similares a los de su madre, celestes como el cielo serrano y azules como el mar de Grau. Guarda con mucho recelo el cuadernillo original en el que su madre escribió esta magnífica canción. “Chabuca, mi madre no sabía escribir en el pentagrama, ella le ponía la frase completa en sílabas y luego venía una persona que tocando el piano terminaba el trabajo de mi madre. Luego las letras eran repartidas a los músicos, paradójicamente, nunca pudo escribir música”, recuerda su hija.
 
  “Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de la canela, derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que en el pecho llevaba”, dice el coro de la canción. Pero, ¿Quién es La Flor de la Canela? ¿La mujer que derramaba lisura y aromas de mixturas? 
 
 
LA FLOR DE LA CANELA
 
La primera vez que se interpretó el valse, fue en uno de esos ya extintos corralones del barrio del Rímac, la jarana se realizó literalmente bajo el puente de palos, muy cerca al viaducto que unía la entonces señorial Lima de los años 50 y el entonces exclusivo balneario de Ancón. Precisamente ahí vivía la hermosa y bella mujer que inspiró la creación de esta genialidad musical. Se trata de la negra Victoria Angulo Castillo, una morena de piel canela con mucho garbo y tan sublime como una flor. Una mujer que Chabuca Granda conoció muy niña en el barrio de Barranco, al sur de la capital allá por 1930.
 
 “La historia de la amistad de mamá Victoria y la tía Chabuca nace aquí en la bajada a los baños en Barranco. Mi madre venía hasta el 344, la casa de la familia Grand, para trabajar como empleada del hogar. Ella les lavaba su ropa, pero también de todos los vecinos”, señala Juanita Loyola.
 
Dejaron de verse varios años hasta que el reencuentro fue una casualidad. En 1947 Chabuca Granda es invitada al cumpleaños del cantante e intérprete de las canciones de Felipe Pinglo, el gran José Moreno. La jarana se realizaba ni más ni menos que en la casa de la negra Victoria. 
 
 “Esa noche van al cumpleaños de José Moreno, con el gran guitarrista y criollo Oscar Avilés y en plena reunión, cuando mi madre quiso decir unas palabras gritó: “Déjame que te cuente, limeño”, ahí nace la frase y empieza a crear la letra de la canción”, indica Teresa Fuller. La propia Chabuca Granda, en una entrevista a radiotelevisión española de 1970, contó cómo fue creando por partes el valse: “la trilogía del viejo puente, el río y la alameda se la escuché al gran historiador y poeta Raúl Porras Barrenechea”.
 
Pero la máxima inspiración fue la negra Victoria, quien un día la visitó en la recordada botica Francesa del jirón de La Unión, en donde nuestra compositora vendía productos de belleza. “Al despedirse de mí, me dijo ‘hoy me voy a pie, mi hija’ y yo sabía que vivía detrás del puente, bajo el puente como se llama el barrio del Rímac, y recordé aquello de piedad para el puente, el río y la alameda. Esa noche hice La Flor de la Canela”, señalaba nuestra Chabuca Limeña.
 
 
HACE 62 AÑOS
 
Hoy Teresa Fuller, hija de nuestra compositora, guarda muchos recuerdos en su oficina del hogar materno en Miraflores. Hay premios, miles de fotografías y retratos en espléndidos cuadros colgados en la sala. También una colección de los discos de vinilo, los primeros que editó su madre, uno de ellos La Flor de la Canela.
 
“Mucho es mi mami, ella era absolutamente todo. Hoy todavía me emociona hablar de ella”, las lágrimas caen y luego echa a reír. “La misma personalidad y carácter de Chabuca”, nos dice su también entrañable amiga, Juanita Loyola, hija de La Flor de la Canela.  
 
 
EL DATO
Ha sido traducida al francés, portugués, inglés y alemán e interpretado por celebridades de la música desde los tenores Juan Diego Flórez y Plácido Domingo hasta el gran Raphael, Mercedes Sosa y Los Menudos.

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