“Déjame que te cuente, limeño, déjame que te diga la gloria, del
ensueño que evoca la memoria del viejo puente, del río y la alameda”,
dice la letra de una obra maestra del criollismo nacional interpretada
por primera vez, un día como hoy, hace 62 años (21 julio 1950). Fue una
noche en donde el frío rompehuesos de la invernal Lima invitaba a
escuchar la guitarra y el cajón para calentar el cuerpo, sobre todo si
la negra más salerosa del Rímac celebraba su cumpleaños con jarana
criolla. En ese escenario, nuestra por entonces novata María Isabel
Granda y Larco, la...
Chabuca Limeña, cantó una pintura perfecta, precisa y
poética de la historia de una entrañable amistad entre una negra del
distrito bajopontino y ella, cantó La Flor de la Canela.
Teresa Fuller, hija de Chabuca Granda, tiene los ojos similares a los
de su madre, celestes como el cielo serrano y azules como el mar de
Grau. Guarda con mucho recelo el cuadernillo original en el que su madre
escribió esta magnífica canción. “Chabuca, mi madre no sabía escribir
en el pentagrama, ella le ponía la frase completa en sílabas y luego
venía una persona que tocando el piano terminaba el trabajo de mi madre.
Luego las letras eran repartidas a los músicos, paradójicamente, nunca
pudo escribir música”, recuerda su hija.
“Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de
la canela, derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que en
el pecho llevaba”, dice el coro de la canción. Pero, ¿Quién es La Flor
de la Canela? ¿La mujer que derramaba lisura y aromas de mixturas?
LA FLOR DE LA CANELA
La primera vez que se interpretó el valse, fue en uno de esos ya
extintos corralones del barrio del Rímac, la jarana se realizó
literalmente bajo el puente de palos, muy cerca al viaducto que unía la
entonces señorial Lima de los años 50 y el entonces exclusivo balneario
de Ancón. Precisamente ahí vivía la hermosa y bella mujer que inspiró la
creación de esta genialidad musical. Se trata de la negra Victoria
Angulo Castillo, una morena de piel canela con mucho garbo y tan sublime
como una flor. Una mujer que Chabuca Granda conoció muy niña en el
barrio de Barranco, al sur de la capital allá por 1930.
“La historia de la amistad de mamá Victoria y la tía Chabuca nace aquí
en la bajada a los baños en Barranco. Mi madre venía hasta el 344, la
casa de la familia Grand, para trabajar como empleada del hogar. Ella
les lavaba su ropa, pero también de todos los vecinos”, señala Juanita
Loyola.
Dejaron de verse varios años hasta que el reencuentro fue una
casualidad. En 1947 Chabuca Granda es invitada al cumpleaños del
cantante e intérprete de las canciones de Felipe Pinglo, el gran José
Moreno. La jarana se realizaba ni más ni menos que en la casa de la
negra Victoria.
“Esa noche van al cumpleaños de José Moreno, con el gran guitarrista y
criollo Oscar Avilés y en plena reunión, cuando mi madre quiso decir
unas palabras gritó: “Déjame que te cuente, limeño”, ahí nace la frase y
empieza a crear la letra de la canción”, indica Teresa Fuller. La
propia Chabuca Granda, en una entrevista a radiotelevisión española de
1970, contó cómo fue creando por partes el valse: “la trilogía del viejo
puente, el río y la alameda se la escuché al gran historiador y poeta
Raúl Porras Barrenechea”.
Pero la máxima inspiración fue la negra Victoria, quien un día la
visitó en la recordada botica Francesa del jirón de La Unión, en donde
nuestra compositora vendía productos de belleza. “Al despedirse de mí,
me dijo ‘hoy me voy a pie, mi hija’ y yo sabía que vivía detrás del
puente, bajo el puente como se llama el barrio del Rímac, y recordé
aquello de piedad para el puente, el río y la alameda. Esa noche hice La
Flor de la Canela”, señalaba nuestra Chabuca Limeña.
HACE 62 AÑOS
Hoy Teresa Fuller, hija de nuestra compositora, guarda muchos recuerdos
en su oficina del hogar materno en Miraflores. Hay premios, miles de
fotografías y retratos en espléndidos cuadros colgados en la sala.
También una colección de los discos de vinilo, los primeros que editó su
madre, uno de ellos La Flor de la Canela.
“Mucho es mi mami, ella era absolutamente todo. Hoy todavía me emociona
hablar de ella”, las lágrimas caen y luego echa a reír. “La misma
personalidad y carácter de Chabuca”, nos dice su también entrañable
amiga, Juanita Loyola, hija de La Flor de la Canela.
EL DATO
Ha sido traducida al francés, portugués, inglés y alemán e interpretado
por celebridades de la música desde los tenores Juan Diego Flórez y
Plácido Domingo hasta el gran Raphael, Mercedes Sosa y Los Menudos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.