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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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miércoles, 22 de junio de 2011

Hay que evitar el pan con pescado

Por Mirko Lauer
Los primeros días de Ollanta Humala como presidente electo vienen marcados por una compostura que ha caído bien a casi todos los sectores. Pero luego de un breve resuello, los grupos de opinión más nerviosos han retomado el camino de la preocupación. La piedra de toque de esta inquietud es el conflicto de Puno.
Ricardo Briceño, ex presidente de la Confiep, ha hecho notar que hay muchas autoridades elegidas que están pintadas en la pared frente a dirigentes que movilizan masas y organizan asonadas en las calles. La alusión es a Walter Aduviri, quien hoy da la impresión de gobernar Puno para todo fin práctico.
Que Aduviri se haya tomado un tiempo de la libertad obtenida con amenazas para visitar a Antauro Humala en la cárcel no ayuda a tranquilizar las cosas. Más bien transmite la impresión de que el dirigente puneño no es un simple atizador de plazuelas, sino un político hábil con un proyecto que va más allá de su región.
En otras palabras, Aduviri es el personaje ideal para despertar los temores que vienen planteando la posibilidad de un avance de masas contestatarias capaz de torcerle la mano al orden constitucional. En esa medida es el primer desafío que enfrente el presidente electo, hoy todavía sin medios para actuar más allá de las giras protocolares.
La teoría hasta aquí era que a quienes Humala más tendría que apaciguar sería a la derecha económica aferrada a sus ganancias de estos decenios. Pero a lo anterior podría sumarse la necesidad del nuevo gobierno de evitar el colapso de un orden regional desde hace tiempo amenazado, y en algunos casos incluso arrinconado por la protesta.
Podría pensarse que sectores de la derecha ya están exagerando la peligrosidad del conflicto puneño para obligar al flamante gobierno a tomar partido contra sus propios votantes. No es un escenario inverosímil, y sin duda Humala tiene más salidas que simplemente dejarse atrapar en una polarización inconveniente.
Pero no importa de qué lado venga la polarización, el nuevo gobierno va a tener que producir soluciones apenas aterrice. El gobierno saliente se manejó caso por caso, con una mezcla de negociaciones, concesiones, e imposiciones que más o menos mantuvo las cosas en su sitio o, si se quiere, las llevó al punto en que se encuentran ahora.
Convendría que los mismos que quieren un Humala ubicado en el centro-izquierda se abstuvieran de predicar la profecía catastrofista de un Perú bolivariano a la vuelta de la esquina. Por su parte, un gobierno democráticamente elegido en ninguna circunstancia se puede dejar chantajear por un audaz con una piedra en la mano.

Fuente: http://www.larepublica.pe/22-06-2011/hay-que-evitar-el-pan-con-pescado

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