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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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lunes, 9 de julio de 2012

Redes sociales: motor de cambios saludables


Nuestras redes sociales influyen en nuestros hábitos. | Afp
Nuestras redes sociales influyen en 
nuestros hábitos. | Afp


Si tus amigos suelen consumir comida basura, es muy probable que tú también lo hagas. Si hacen deporte, hay más posibilidades de que te animes a hacerlo. La gente que nos rodea, nuestras redes sociales, influye en nuestros comportamientos. Tanto si el contacto es cara a cara como si se realiza virtualmente. Esta influencia social, como demuestran varios estudios, se puede utilizar para provocar cambios saludables.
Por eso muchas intervenciones utilizan las influencias sociales y...
las pruebas demuestran que son "bastante efectivas". El problema es que "la ciencia acerca de cómo las redes se pueden usar para acelerar los cambios de comportamiento [...] está aún en la infancia", según cuenta Thomas Valente, de la Universidad de California del Sur (EEUU), que se ha propuesto averiguar qué mecanismos hacen funcionar y cómo a estas interacciones.
"Si quiero cambiar en un instituto los comportamientos en materia de educación física y obesidad, debo entender que hay grupos influyentes y subgrupos de estudiantes con diferentes riesgos", señala Valente. "Yo diseñaría diferentes intervenciones para cada grupo [...] Podemos hacer un trabajo mucho mejor en la promoción de hábitos saludables si comprendemos los contextos de las redes sociales y diseñamos las intervenciones con esas claves en mente".
En su artículo, publicado en el último número de 'Science', Valente explora diferentes estrategias para el empleo de las redes sociales para "acelerar los cambios en el comportamiento". La elección de una u otra, subraya, "depende de la disponibilidad y el tipo de red, las características de la conducta, su prevalencia y el contexto social del programa".
Lo que está claro es que estas intervenciones específicas son necesarias. Tal y como demostró un trabajo publicado en esta misma revista por investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT), para difundir una información (la obesidad aumenta el riesgo cardiovascular), sólo hacen falta conexiones distantes con gente conocida. Sin embargo, para provocar un cambio en los hábitos (mejorar la alimentación y aumentar la actividad física), son necesarios contactos más estrechos, con amigos más cercanos.
El poder de la 'persuasión social', gracias las comunicaciones electrónicas, "permiten medidas poco invasivas a gran escala [...] más allá de los pequeños grupos de comunidades u organizaciones", explica Valente. Ahora, hay que averiguar si las intervenciones basadas en estos soportes (Facebook, Twitter, e-mail, mensajes de texto) "son más eficaces que las tradicionales que se hacen cara a cara".

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/07/06/noticias/1341569237.html

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