¿Desarrollados en lo económico, subdesarrollados en lo social?

Cuando en el Perú se habla del “éxito” del modelo, usualmente se citan cifras macroeconómicas: crecimiento del PBI, volumen de exportaciones, nivel de las reservas internacionales, etc. Solo después se mencionan las cifras sociales: básicamente los datos de reducción de pobreza en años recientes, y ahí acaba todo. Sin embargo, un análisis más en profundidad de la cifras, revela datos preocupantes, que dejan en claro que somos un país que viene creciendo en lo económico, pero que dicho crecimiento no se ha reflejado debidamente en una mejora paralela y equivalente en lo social.

Ello tiene relación directa con el insuficiente avance del Estado en la provisión de los servicios básicos a la población y en garantizar sus derechos fundamentales. Aspiramos a igualarnos a países más desarrollados en lo económico, pero no hay la voluntad para igualarnos en el tema social; en áreas críticas como la salud, la Educación, los beneficios laborales, etc., a las cuales no se dedica la necesaria atención.

Este absurdo se observa al comparar la inversión social del Perú con el resto de LatinoAmérica. Pese al tan proclamado crecimiento económico y prosperidad, el nuestro sigue siendo un país donde el gasto social es uno de los más bajos de la región. Acorde a la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), para los años 2008/2009, en el Perú el gasto per cápita en Educación fue apenas un tercio del promedio regional (US$ 75 vs. US$ 247 dólares), el gasto en salud apenas una quinta parte (US$ 34 vs. US$ 187), lo mismo que el gasto en seguridad social (US$ 95 vs. US$ 470 dólares).

Estas cifras son reveladoras y reflejan lo que los peruanos observamos y vivimos día a día: somos un país que crece, pero no de manera integrada; pues el auge de algunos sectores contrasta con la postración y marginalidad de otros. Somos un país donde no se ha logrado la igualdad de oportunidades, donde cada ciudadano tenga asegurados sus derechos esenciales: a un empleo digno, a un sistema de salud que funcione, a una Educación de calidad para sus hijos, etc.; la clase de cosas que diferencian a un país que se desarrolla integralmente, de uno que crece a los trompicones simplemente porque lo levanta la ola.

Si aspiramos a ser un país desarrollado e integrado, no podemos seguir dejando cabos sueltos ni cuentas pendientes en el campo de la inversión social. Por ello, resulta fundamental que compromisos formales al respecto; como el Acuerdo Nacional; sean revitalizados, con metas especificas y formales, a ver si así, finalmente empezamos a dar al tema social la atención debida.

Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/desarrollados-en-lo-economico-subdesarrollados-en-lo-social_86389.html