Caen en un error quienes dicen que Abimael Guzmán, exlíder de Sendero Luminoso, nunca se ha expresado ni ha dado su versión sobre los actos terroristas sucedidos en el Perú entre 1980 y el 2000. Fueron 19 las veces que se reunió con los integrantes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), y señaló con absoluta sangre fría y mala dicción -de quien se atribuye un pensamiento filosófico-, que llevaba las cuentas exactas de las cifras de ‘bajas’ e intentaba minimizar masacres y atentados que aún se lloran en el país.
Dentro de poco en los textos escolares también se sabrá quién fue Abimael Guzmán Reynoso. Mientras tanto, en 167 páginas foliadas y archivadas en el Centro de la Memoria se encuentra escrita la versión, directa de su propia voz, de quien enviara a ejecutar las acciones más terribles de la historia del Perú, que culminaron en 69 mil muertos.
Guzmán, ahora recluido en una celda de la Base Naval del Callao, recibió entre abril de los años 2002 y 2003 a los comisionados Rolando Ames, Salomón Lerner y Nelson Manrique. Con ellos tuvo varios encuentros, en algunos estuvo solo y en otras ocasiones los recibió acompañado de...
su esposa Elena Iparraguirre, conocida en los años de terror como la ‘Camarada Miriam’.
Una de las sorprendentes declaraciones de Guzmán recogidas en los documentos obtenidos por el programa Tribuna Abierta (Canal 13), -además de recurrente- se aprecia como un desprecio por quienes lo acusan de las matanzas. Por ejemplo, cuando los comisionados hacen referencia a la masacre de Lucanamarca, ocurrida en 1983, donde fueron asesinados 69 campesinos, el cabecilla terrorista simplemente lo minimiza.
“¿Y por qué el caso de Lucanamarca es tan importante? Si hay otros casos que tuvieron mucha más resonancia, por ejemplo, de los penales”, sostiene Guzmán.
No es la única vez que se refiere al tema de esa manera. En otra entrevista donde se le atribuye haber perpetrado un genocidio, el acusado de terrorismo intenta ‘limpiarse’ e indica: “Ahora viene otro problema, ¿por qué? (…) ¿Se quiere establecer que hay una política genocida de nosotros? ¿Y cómo lo van a probar? ¿Con Lucanamarca?”.
En ningún momento el encarcelado exlíder se atribuye la autoría del hecho, es más, se pregunta: “¿A quién se le va a atribuir Lucanamarca?”. Y él mismo se responde: “Se le imputa al partido, pero el partido es un ente que no puede ser enjuiciado”, afirma en claro intento de lavarse las manos.
A PUÑO Y LETRA
Otro punto que esclarece el ‘Pensamiento Gonzalo’ es el que con absoluta frialdad narra el propio Guzmán cuando se le consulta sobre la cifra de muertos en el conflicto interno. Cada ‘baja’ era apuntada en un folder con hojas cuadriculadas que manejaba directamente su organización. De cada nombre, dirección, cada muerte quedaba constancia, aunque el excabecilla se rehúsa a dar un aproximado de las ejecuciones que fueron consideradas en sus ‘informes’. Para él da lo mismo mil, que tres mil o cinco mil.
-Salomón Lerner: Y respecto del otro punto, doctor Guzmán, el número de fallecidos...
-Abimael Guzmán: Eso, doctor, no podríamos comunicar, no es porque no quisiéramos, no tenemos los elementos, le voy a dar una explicación. Pensamos que son muchos, en fin, se ha hablado de miles, de 25 mil, 30 mil. Las cifras que nosotros tenemos están registradas desde la primera ocasión que comenzamos, se hicieron informes, esos informes fueron trabajados, en forma estadística y fueron elaborados cuadros.
Esos documentos a los que se refiere Guzmán –indica– le fueron confiscados al momento de su detención el 15 de setiembre de 1992. A continuación agrega:
“Entonces allí está cuántos han muerto en los choques que hemos tenido, de los nuestros, y se clasifica si son militantes, son simpatizantes, si son amigos o son masas de campesinos en general. Así se clasifica. Está cuántos policías, cuántos soldados, cuántos mesnadas, allí está, todo lo que hemos hecho está registrado allí…”.
MOYANO Y TARATA
El 15 de febrero de 1992, meses antes de la Captura del Siglo, la luchadora social, dirigenta vecinal en Villa El Salvador, fue asesinada delante de sus dos hijos por un comando de aniquilamiento del grupo terrorista Sendero Luminoso. Primero, un disparo, y luego, aún moribunda, su cuerpo fue dinamitado.
Abimael Guzmán no asume el crimen. Ante la CVR solo se limita a decir que desconocía la acción, pero reconoce que posee información sobre ella. En el folio 113 precisa que, como Dirección, ha recibido datos. Sin embargo se refiere a la ‘Madre Coraje’ en términos de desprecio. “Era una agente de las Fuerzas Armadas, delató a muchos camaradas, compañeros y los entregó, estaba por marcharse a España, y otras cosas más que no quiero repetir”, indica.
Otro capítulo importante se refiere a la explosión de un coche bomba en Tarata, Miraflores. Abimael Guzmán reconoce que fue un error, pero esta admisión está muy lejos de asemejarse al reconocimiento de una culpa. La explicación del senderista es la siguiente:
“¿Y sabe usted por qué fue un error? Porque en la política planteada en los documentos plantea que hay que ganarse a la burguesía nacional, y ya habíamos avanzado bastante. Ahora, hacer una acción de ese tipo allí fue volar esa política, fue un craso error. Hemos reclamado (…) y se nos dijo que no iba a ser en ese punto sino en otro lugar”.
Ese acercamiento a la burguesía podría referirse a la relación que Sendero Luminoso ya tenía con algunos intelectuales y artistas de apellidos y barrios acomodados. Recordemos que la destacada bailarina Maritza Garrido Lecca –actualmente recluida en Santa Mónica- fue parte del grupo subversivo, incluso Guzmán y algunos militantes utilizaron su vivienda en Surco como escondite.
NO OLVIDAR
Algunas de las peores masacres y asesinatos selectivos son negadas en todo momento por Abimael Guzmán, pero no con contundencia, pues reconoce que es necesario “indagar”. Esta es solo una parte de la historia que poco se ha difundido. Hacia el 2003, cuando se hicieron las entrevistas, el Perú salía recién de la dictadura fujimorista. Ahora, es necesario recomponer la memoria y esa labor está en manos del Estado.
AMANDA MEZA: ameza@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/13826-conocer-el-pensamiento-gonzalo-para-no-morir-otra-vez
Dentro de poco en los textos escolares también se sabrá quién fue Abimael Guzmán Reynoso. Mientras tanto, en 167 páginas foliadas y archivadas en el Centro de la Memoria se encuentra escrita la versión, directa de su propia voz, de quien enviara a ejecutar las acciones más terribles de la historia del Perú, que culminaron en 69 mil muertos.
Guzmán, ahora recluido en una celda de la Base Naval del Callao, recibió entre abril de los años 2002 y 2003 a los comisionados Rolando Ames, Salomón Lerner y Nelson Manrique. Con ellos tuvo varios encuentros, en algunos estuvo solo y en otras ocasiones los recibió acompañado de...
su esposa Elena Iparraguirre, conocida en los años de terror como la ‘Camarada Miriam’.
Una de las sorprendentes declaraciones de Guzmán recogidas en los documentos obtenidos por el programa Tribuna Abierta (Canal 13), -además de recurrente- se aprecia como un desprecio por quienes lo acusan de las matanzas. Por ejemplo, cuando los comisionados hacen referencia a la masacre de Lucanamarca, ocurrida en 1983, donde fueron asesinados 69 campesinos, el cabecilla terrorista simplemente lo minimiza.
“¿Y por qué el caso de Lucanamarca es tan importante? Si hay otros casos que tuvieron mucha más resonancia, por ejemplo, de los penales”, sostiene Guzmán.
No es la única vez que se refiere al tema de esa manera. En otra entrevista donde se le atribuye haber perpetrado un genocidio, el acusado de terrorismo intenta ‘limpiarse’ e indica: “Ahora viene otro problema, ¿por qué? (…) ¿Se quiere establecer que hay una política genocida de nosotros? ¿Y cómo lo van a probar? ¿Con Lucanamarca?”.
En ningún momento el encarcelado exlíder se atribuye la autoría del hecho, es más, se pregunta: “¿A quién se le va a atribuir Lucanamarca?”. Y él mismo se responde: “Se le imputa al partido, pero el partido es un ente que no puede ser enjuiciado”, afirma en claro intento de lavarse las manos.
A PUÑO Y LETRA
Otro punto que esclarece el ‘Pensamiento Gonzalo’ es el que con absoluta frialdad narra el propio Guzmán cuando se le consulta sobre la cifra de muertos en el conflicto interno. Cada ‘baja’ era apuntada en un folder con hojas cuadriculadas que manejaba directamente su organización. De cada nombre, dirección, cada muerte quedaba constancia, aunque el excabecilla se rehúsa a dar un aproximado de las ejecuciones que fueron consideradas en sus ‘informes’. Para él da lo mismo mil, que tres mil o cinco mil.
-Salomón Lerner: Y respecto del otro punto, doctor Guzmán, el número de fallecidos...
-Abimael Guzmán: Eso, doctor, no podríamos comunicar, no es porque no quisiéramos, no tenemos los elementos, le voy a dar una explicación. Pensamos que son muchos, en fin, se ha hablado de miles, de 25 mil, 30 mil. Las cifras que nosotros tenemos están registradas desde la primera ocasión que comenzamos, se hicieron informes, esos informes fueron trabajados, en forma estadística y fueron elaborados cuadros.
Esos documentos a los que se refiere Guzmán –indica– le fueron confiscados al momento de su detención el 15 de setiembre de 1992. A continuación agrega:
“Entonces allí está cuántos han muerto en los choques que hemos tenido, de los nuestros, y se clasifica si son militantes, son simpatizantes, si son amigos o son masas de campesinos en general. Así se clasifica. Está cuántos policías, cuántos soldados, cuántos mesnadas, allí está, todo lo que hemos hecho está registrado allí…”.
MOYANO Y TARATA
El 15 de febrero de 1992, meses antes de la Captura del Siglo, la luchadora social, dirigenta vecinal en Villa El Salvador, fue asesinada delante de sus dos hijos por un comando de aniquilamiento del grupo terrorista Sendero Luminoso. Primero, un disparo, y luego, aún moribunda, su cuerpo fue dinamitado.
Abimael Guzmán no asume el crimen. Ante la CVR solo se limita a decir que desconocía la acción, pero reconoce que posee información sobre ella. En el folio 113 precisa que, como Dirección, ha recibido datos. Sin embargo se refiere a la ‘Madre Coraje’ en términos de desprecio. “Era una agente de las Fuerzas Armadas, delató a muchos camaradas, compañeros y los entregó, estaba por marcharse a España, y otras cosas más que no quiero repetir”, indica.
Otro capítulo importante se refiere a la explosión de un coche bomba en Tarata, Miraflores. Abimael Guzmán reconoce que fue un error, pero esta admisión está muy lejos de asemejarse al reconocimiento de una culpa. La explicación del senderista es la siguiente:
“¿Y sabe usted por qué fue un error? Porque en la política planteada en los documentos plantea que hay que ganarse a la burguesía nacional, y ya habíamos avanzado bastante. Ahora, hacer una acción de ese tipo allí fue volar esa política, fue un craso error. Hemos reclamado (…) y se nos dijo que no iba a ser en ese punto sino en otro lugar”.
Ese acercamiento a la burguesía podría referirse a la relación que Sendero Luminoso ya tenía con algunos intelectuales y artistas de apellidos y barrios acomodados. Recordemos que la destacada bailarina Maritza Garrido Lecca –actualmente recluida en Santa Mónica- fue parte del grupo subversivo, incluso Guzmán y algunos militantes utilizaron su vivienda en Surco como escondite.
NO OLVIDAR
Algunas de las peores masacres y asesinatos selectivos son negadas en todo momento por Abimael Guzmán, pero no con contundencia, pues reconoce que es necesario “indagar”. Esta es solo una parte de la historia que poco se ha difundido. Hacia el 2003, cuando se hicieron las entrevistas, el Perú salía recién de la dictadura fujimorista. Ahora, es necesario recomponer la memoria y esa labor está en manos del Estado.
AMANDA MEZA: ameza@diario16.com.pe
Fuente: http://diario16.pe/noticia/13826-conocer-el-pensamiento-gonzalo-para-no-morir-otra-vez
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