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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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jueves, 22 de noviembre de 2012

La crueldad de la cultura


La crueldad de la cultura

La música desafiante, los pasos sobre la arena, la supuesta destreza de un hombre sobre un animal drogado, mareado y que ya ha sido atacado con un arpón antes de salir al ruedo. Así empiezan las corridas de toros. Palmas. Las banderillas de colores han sido hechas a mano para la admiración de los asistentes. Las llaman el tercio de varas y cada una debe penetrar hasta seis centímetros en el lomo del toro y dejar visible el........................ resto como parte de una fiesta que apoyada en la cultura sigue siendo otra industria comercial que abusa no solo de los animales sino que manipula leyes en favor de su propio mercado. Finalmente, hablar de toros significa hablar de plata. Su tortura pareciera importarle a muy pocos y mucho menos al Estado.   

El toro embiste, pero el juego está hecho para que muera. Pronto la sangre brota sobre la bestia después de ser clavada una y otra vez. El torero luce los bellísimos bordados del vestuario,  la plaza se luce bajo el sol, la gente aplaude entre los corredores, el palco y graderías. El estoque es lo siguiente. Una espada de 80 centímetros hará una penetración tocando órganos calculados que vayan terminando con el show, después de quince minutos por cada animal.  El toro vomita sangre después de que sus pulmones han sido perforados. Cae. La arena se tiñe, la banderola roja flamea, el animal es vencido. La estocada penetra nuevamente. El matador corta la oreja y rabo del animal. Recibe no solo la admiración del público sino que además el Estado peruano podría reconocerlo como un artista, un "gran artista". ¡Ole!
 
•El MINCU no discrimina
 
Así es, el  Ministerio de Cultura  considera en su anteproyecto de ley del artista la categoría de “artistas” a los banderilleros y matadores. Esto podría otorgarles nuevamente un espacio dentro de la cultura en vez de limitarlos a un evento comercial, que contradice además las leyes de protección a los animales en nuestro país. Resulta curioso que los gallos y toros no estén contemplados en el mismo reglamento de protección.
 
El anteproyecto de la Nueva Ley del Artista Intérprete y Ejecutante, define como artista intérprete y/o ejecutante “a toda persona natural que representa o realiza una obra artística, con texto o sin él, utilizando su cuerpo o habilidades, con o sin instrumento…”. Por lo tanto, el banderillero como el matador, así como actores, cantantes, magos, mentalistas y más, se considerían dentro de esta misma categoría.
 
·¿Comercial o cultural?
 
Ante las protestas de detractores de la tauromaquia, el Ministerio de Cultura declara que rechaza categóricamente la desinformación de un supuesto  grupo de ciudadanos en torno al anteproyecto de nueva Ley del Artista, recalcando que de acuerdo a la constitución no hacen distinciones entre peruanos, y mucho menos, entre aquellos que de una u otra forma dedican su tiempo a practicar los múltiples y diversos espectáculos que se realizan en todo el territorio nacional. “Buscamos que se hagan respetar los derechos de los artistas y técnicos, pero manteniendo el espíritu y la esencia de la ley vigente con una ley amplia e inclusiva que no discrimina a ningún ciudadano”, afirman en el comunicado.
 
·La corrida limeña
 
En el Perú se realizan casi 400 corridas de toros por año, la mayor parte de ellas en los departamentos de Cajamarca, Lima, y Ancash, donde también se centran las protestas.
 
En el 2004 el Tribunal Constitucional de Perú despojó a las corridas de toros de su estado 'cultural' (Exp. Num 0042-2004-AI/TC), declarando que la industria taurina también tiene que pagar impuestos, ya que la excepción fiscal es para actividades culturales, y la tauromaquia es una actividad comercial. ¿Colocar a los banderilleros y matadores como artistas no sería un paso para volver a un estatus cultural que les permita pagar menos impuestos?
 
Hoy se lucha por la ilegalidad de la tauromaquia, ya que representa una tortura para los toros y acto salvaje despojado de cultura. En países como Argentina, Uruguay y Brasil ya son ilegales. Que en el Perú se pretenda reconocer a los banderilleros y matadores como artistas que puedan exigir derechos es sin duda un claro retroceso o una maniobra poco clara en busca de beneficios posteriores.
  
Cecilia Podestá
cpodesta@diario16.com.pe

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