A ver si se enteran

Por Pedro Salinas 

Para que tomen nota. Savita Halappanavar era dentista, tenía 31 años, y por su nombre podrán inferir que era de la India. Estaba embarazada de 17 semanas, pero se le presentaron serias complicaciones y acudió al Hospital Universitario de Galway, ubicado al oeste de Irlanda, donde aparentemente residía con su esposo, Praaven.
Ingresó a...
dicho hospital el 20 de octubre por Emergencia. Luego de examinarla, los médicos le dijeron que “el cuello del útero estaba completamente dilatado, que perdía líquido amniótico y que, por desgracia, el bebé no podría sobrevivir”, según consigna The Irish Times.
A pesar de ello, en lugar de forzar un aborto para darle prioridad a la salud de la madre, los galenos decidieron esperar a que primero muriera el feto antes de proceder a salvar a Savita.
Pues bien. Savita Halappanavar murió el 28 de octubre de septicemia, debido a que los médicos se negaron a practicarle el aborto.
¿Por qué no lo hicieron? “Porque Irlanda es un país católico y la ley lo prohíbe”, respondió personal del hospital con escrupulosidad de notario. Así como lo oyen. Y como lo leen. Es lo que ocurre en un país donde la ley es influenciada por la religión, y, en consecuencia, no va en el mismo sentido que la vida. Sino de la muerte.
Como ven, triste pero cierto. Una absurda y estúpida legislación, inspirada en el catolicismo más integrista, mató a Savita. Y la iglesia católica, ya adivinarán, no se entera todavía.

Fuente: http://lamula.pe/2012/11/15/a-ver-si-se-enteran/pedrosalinas