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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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jueves, 28 de marzo de 2013

La maldición de los estadios de Río

El Maracaná, inaugurado en el Mundial
 de 1950, está siendo refaccionado.
Río de Janeiro, una ciudad que podría aspirar al título de capital global del fútbol, parece vivir una suerte de maldición con sus estadios: en este momento sus dos principales escenarios para ese deporte están cerrados.
Los motivos por los cuales los estadios de...
Maracaná y Engenhão se encuentran inhabilitados difieren, pero tienen como común denominador los problemas con obras estructurales.
El Engenhão, cuyo nombre oficial es estadio João Havelange y se inauguró sólo seis años atrás, fue cerrado indefinidamente el martes por la Alcaldía de Río, que detectó fallas en su techo que implicarían riesgos para el público.
Además de haber sido elegido para recibir competiciones de atletismo de los Juegos Olímpicos de 2016, el Engenhão era el lugar de disputa de los principales partidos de fútbol en Río por el cierre temporal de Maracaná.
La remodelación del legendario Maracaná para el Mundial de fútbol 2014 ya debería haber concluido, pero arrastra atrasos y ha desatado polémicas que rozan fibras sensibles para los brasileños.
"Es la casa del hincha, del fútbol brasileño y hasta mundial, por ser Brasil pentacampeón del mundo", explicó Christopher Gaffney, profesor de urbanismo en la Universidad Federal Fluminense.
"El estadio mantenía ese carácter simbólico hasta ahora; es eso lo que está en disputa", añadió en entrevista con BBC Mundo.

De ayer a hoy

Engenhão
El estadio Engenhão sólo se construyó hace seis años y ya tiene problemas estructurales.
Los problemas en torno los estadios de Río están lejos de ser una novedad y al menos son tan viejos como el propio Maracaná, construido para el Mundial de fútbol de 1950 en Brasil.
Gaffney recordó que el estadio ya "nació en un conflicto, porque hubo peleas sobre dónde y cómo construirlo", y finalmente se inauguró con las obras sin terminar.
A eso se sumó la trágica derrota de la selección brasileña de fútbol en la final de 1950 ante Uruguay, denominada "Maracanazo", con el estadio colmado por unos 200.000 hinchas locales que iban seguros del triunfo.
"Entonces quedó con esa mancha de representar un lugar de fracaso", comentó Gaffney.
Pero luego llegaron los éxitos futbolísticos de Brasil y el Maracaná se valorizó como lugar "democrático" y de "encuentro de clases" por sus amplias tribunas integradas, dijo José Leite Lopes, un antropólogo en Río.
Sin embargo, agregó que los cariocas sienten que esa característica esencial del estadio se ha ido perdiendo con las reformas recientes a que fue sometido, que reducen su capacidad y dividen sus tribunas.
"Hay una cierta nostalgia de aquella época", comentó. "Existe cierta resistencia a esa comercialización de los estadios".

Espejo de Brasil

Las polémicas actuales por el Maracaná giran sobre su proyecto de privatización, los atrasos en las obras y la remodelación del entorno, incluido el desalojo forzoso de un grupo de indígenas que ocupaban un viejo edificio vecino.
Así, el estadio ha pasado a ser un reflejo de varios problemas que enfrenta Brasil en materia de transparencia, eficiencia, infraestructura y vivienda.
El viernes, unos 200 policías irrumpieron en el antiguo Museo del Indio al lado de Maracaná para acabar con la ocupación que una veintena de indígenas de distintas partes del país hacían desde años atrás en ese local en ruinas.
El operativo, que cumplía con un mandato judicial y según el gobierno de Río allana el camino para la construcción de un Museo Olímpico, generó críticas de activistas por el uso de la fuerza y expuso el drama de los desalojos en Brasil por los megaeventos deportivos.
A un costo de cientos de millones de dólares, el contrato de obras en Maracaná con un consorcio privado fue prorrogado por atrasos y el estadio podría recibir la Copa de Confederaciones en junio sin estar del todo listo, admiten las autoridades.

Balones y negocios

"(El Maracaná) es la casa del hincha, del fútbol brasileño y hasta mundial, por ser Brasil pentacampeón del mundo"
Christopher Gaffney, profesor de urbanismo en la Universidad Federal Fluminense
Los negocios en torno a los estadios de Río también han suscitado cuestionamientos.
Los ministerios públicos Federal y de Río señalaron a la justicia presuntas irregularidades en el proceso para conceder a una firma privada el Maracaná, hasta ahora administrado por el estado, que podrían facilitar la colusión de potenciales interesados.
Ahora también está bajo la lupa la forma en que se construyó el Engenhão para los Juegos Panamericanos de 2007, a un costo superior al previsto inicialmente.
La obra la comenzó la constructora Delta pero luego pasó al consorcio OAS/Odebrecht, que según medios locales puso como condición que la Alcaldía de Río asumiera el costo financiero de eventuales problemas estructurales.
"La obra era polémica desde el inicio", comentó este miércoles el alcalde de Río, Eduardo Paes, que no ocupaba el cargo al momento de la construcción.
Paes afirmó en TV Globo que investigará el caso pero descartó la posibilidad de demoler el Engenhão.
Por lo pronto, la Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro decidió de apuro que los próximos partidos del campeonato local se disputen en el estadio Vasco da Gama, con capacidad para menos de 25 mil personas, casi la mitad que el Engenhão.
Pero tal vez esto no sea un problema para lo que Gaffney define como "nueva economía del fútbol", que prioriza la comercialización del deporte y la transmisión por TV aunque implique tener menos gente en las gradas.
"Desde 2006 el fútbol brasileño se transforma en algo cada vez más de elite", explicó. "Vimos una disminución en el número de espectadores, un aumento del costo de entradas y un distanciamiento del fútbol del hincha".
Fuente:  http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/03/130327_brasil_lissardy_estadios_rio_jgc.shtml

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