Así lo aseguraron Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Roberta Gbowee y Tawakul Karman, quienes recibirán mañana el prestigioso galardón
Ellen Johnson Sirleaf, Leymah Roberta Gbowee y Tawakul Karman. (Reuters)
Oslo (EFE) . La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf; la también liberiana Leymah Roberta Gbowee y la yemení Tawakul Karman consideran que el Nobel de la Paz 2011 que se les ha concedido supone un reconocimiento del “sufrimiento” y la “lucha” de las mujeres africanas y árabes.
Gbowee, que contribuyó al fin de la guerra en su país y ha trabajado para aumentar la influencia de las mujeres en África, destacó que es la primera vez que éstas han recibido un reconocimiento de este tipo y que el premio servirá para darles un papel más destacado en la lucha por la paz.
“El mundo ya no excluirá a las mujeres de participar en los esfuerzos por lograr la paz, porque las habilidades y las capacidades de las mujeres han sido reconocidas”, dijo.
POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
La yemení Tawakul Karman, que ha jugado un papel central en la lucha por los derechos de las mujeres y por la democracia y la paz en su país, lanzó un mensaje de optimismo asegurando que “se ha acabado el tiempo en que las mujeres eran las víctimas”.
“Tenemos que participar en crear un mundo con libertad, igualdad y amor. No van a lamentar la elección que han hecho”, afirmó Karman.
Las tres coincidieron en la “responsabilidad” que supone haber ganado el Nobel de la Paz y aseguraron que ahora estaban obligadas a aumentar su compromiso con las mujeres.
Johnson Sirleaf, Gbowee y Karman fueron premiadas “por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y sus derechos a una participación plena en el trabajo de construcción de la paz”, según el fallo del Comité Nobel noruego.
Las tres activistas se repartirán los 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros o 1,5 millones de dólares) con que está dotado el premio, que se entregará mañana en el Ayuntamiento de la capital noruega.
“Para mí el premio las representa a ellas, su sufrimiento, sus contribuciones”, dijo Johnson Sirleaf en la tradicional rueda de prensa de los ganadores en el Instituto Nobel de Oslo, que se celebra un día antes de la ceremonia de entrega del galardón.
Johnson Sirleaf, la primera presidenta africana elegida democráticamente, recordó que las mujeres de África han soportado además “pesadas cargas” en los conflictos políticos, como violaciones o esclavitud sexual. Gbowee, que contribuyó al fin de la guerra en su país y ha trabajado para aumentar la influencia de las mujeres en África, destacó que es la primera vez que éstas han recibido un reconocimiento de este tipo y que el premio servirá para darles un papel más destacado en la lucha por la paz.
“El mundo ya no excluirá a las mujeres de participar en los esfuerzos por lograr la paz, porque las habilidades y las capacidades de las mujeres han sido reconocidas”, dijo.
POR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
La yemení Tawakul Karman, que ha jugado un papel central en la lucha por los derechos de las mujeres y por la democracia y la paz en su país, lanzó un mensaje de optimismo asegurando que “se ha acabado el tiempo en que las mujeres eran las víctimas”.
“Tenemos que participar en crear un mundo con libertad, igualdad y amor. No van a lamentar la elección que han hecho”, afirmó Karman.
Las tres coincidieron en la “responsabilidad” que supone haber ganado el Nobel de la Paz y aseguraron que ahora estaban obligadas a aumentar su compromiso con las mujeres.
Johnson Sirleaf, Gbowee y Karman fueron premiadas “por su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y sus derechos a una participación plena en el trabajo de construcción de la paz”, según el fallo del Comité Nobel noruego.
Las tres activistas se repartirán los 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros o 1,5 millones de dólares) con que está dotado el premio, que se entregará mañana en el Ayuntamiento de la capital noruega.
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