Llegaron a su fin 12 meses de cine. A continuación, nuestra lista de los mejores estrenos del año en orden de preferencia. Mañana nos ocuparemos de las 10 películas restantes.
1. Medianoche en París, de Woody Allen
Es la historia de un soñador que conoce la ciudad de sus sueños, y lo que es mejor, descubre que aquello de que “el pasado nunca se muere, ni siquiera es pasado” puede ser tomado al pie de la letra. Uno no sale de ‘Medianoche en París’ como si hubiera visitado un museo o un cementerio sino como si hubiera bailado y bebido toda la noche al lado de Cole Porter y Salvador Dalí; ellos han dejado de ser cadáveres, ni siquiera son fantasmas, sino personas mucho más reales y vivas que la mayoría de las que caminan por las calles. Gracias al arte de Woody Allen, la muerte ha sido derrotada por un breve espacio de tiempo, a la manera como Ernest Hemingway concebía el amor.
2. El Escritor Oculto, de Roman Polanski
Bien dice el refrán que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Roman Polanski culminó la realización de esta cinta cuando cumplía arresto domiciliario, situación que se parece mucho a la experimentada por...
el escritor fantasma (Ewan McGregor) que debe terminar las memorias del ex primer ministro británico mientras permanece aislado del mundo, en una isla de la costa oeste de EE.UU. Este es el punto de partida para un thriller político que es maravillosamente absorbente y lúcido como pocos en su visión del mal. Los tiempos han cambiado, pero el autor de ‘El Bebé de Rosemary’ (1968) y ‘Chinatown’ (1974) sigue siendo el último de los pesimistas románticos.
3. Temple de Acero, de Joel y Ethan Coen
Cada personaje que la pequeña Mattie Ross (Hailee Steinfeld) encuentra en su búsqueda de venganza es una presencia mágica e inolvidable. Rooster Cogburn (Jeff Bridges) y LaBoeuf (Matt Damon) conducen a nuestra heroína por un mundo lleno de peligros y obstáculos, como si el Mago de Oz se hubiera mudado al lejano Oeste. ‘Temple de Acero’ es una narración íntima en primera persona, la evocación de un episodio breve pero de marcas imborrables. No es casualidad de que Mattie despierte de este sueño y nunca se reponga de él, que nunca vuelva a ver a ese comisario aturdido por el alcohol pero valiente y leal como pocos.
4. Triste San Valentín, de Derek Cianfrance
Es una historia de amor como muchas otras que nacen y mueren en el mundo real. Sus protagonistas llevan existencias anónimas, insatisfechas en lo material y lo espiritual. Este tipo de sinceridad es su virtud más extraordinaria. Más allá de los característicos desenfoques, jump-cuts, cámara en mano imágenes de textura granulada, ‘Triste San Valentín’ es una obra de espíritu independiente a la manera que John Cassavetes concebía el cine independiente, como una lucha sin tregua entre personas que necesitan expresar sus sentimientos. Ryan Gosling y Michelle Williams componen una de las parejas más desgarradoras de los últimos tiempos.
5. Camino a La Libertad, de Peter Weir
En muchos sentidos, ‘Camino a La Libertad’ es una película fuera de época. Empezando por su argumento, una revisión histórica de los tristemente célebres gulag. Más que un filme político (que no lo es), ‘Camino a La Libertad’ es una reflexión amarga sobre el siglo XX y los horrores ocasionados por las ideologías totalitarias. Por otro lado, es una película de aventuras a la vieja escuela, filmada en escenarios naturales y encuadrados en formato ancho. Pero la mayor prueba de que nos encontramos ante una obra a contracorriente de los tiempos que corren, reside en su discurso anti-individualista; la misión del protagonista solo será exitosa si logra constituir un grupo solidario.
6. El Peleador, de David O. Russell
Como ocurre en la mayoría de filmes sobre boxeo, el púgil es retratado como un antihéroe, un desvalido emocional que sube al cuadrilátero ansiando encontrar la gloria que el mundo real parece haberle negado. Cada puñetazo que reparte Micky Ward (Mark Wahlberg) es un intento por calmar sus frustraciones, de ganarle a todos los que se interpusieron en su camino. Russell acierta en lo más difícil: humanizar al héroe, explorando sus puntos débiles y vulnerables. Micky es campeón en el ring, pero antes de eso es un hijo necesitado de afecto, un hermano leal, un amante que se entrega sin condiciones.
7. El Amor Llama Dos Veces, de Tom Hanks
Larry Crowne (Tom Hanks) es un cincuentón divorciado que de pronto es echado a la calle por sus empleadores. Larry no se hunde en la depresión: se consigue una moto y se matricula en la universidad. Escrita y codirigida por Hanks, ‘El Amor Llamó Dos veces’ trata sobre los tiempos actuales pero está contada desde una perspectiva amable y optimista. Aquí no importa tanto el argumento como sí los personajes y las relaciones que se tejen entre ellos, algunas tan mágicas como la de Larry Crowne con una joven afroamericana o con su atractiva profesora (Julia Roberts). Esperemos que Tom Hanks siga filmando con esa misma alegría.
8. Scream 4, de Wes Craven
Más que una película, es un laboratorio de cine puro que se permite falsos arranques y falsos desenlaces, jugando siempre con las expectativas del público. Es también una falsa secuela, un remake no confeso del primer ‘Scream’, o mejor dicho una relectura, una variación perversa del original. No creo que sea una exageración llamar a ‘Scream 4’ el ‘Eva al Desnudo’ (1950) de los slasher. Craven sabe que la clave del cine es la emoción, incluso en una obra de aires posmodernos; su golpe maestro consiste en fusionar el miedo y el humor para crear un espectáculo electrizante.
9. Sucker Punch, de Zack Snyder
Snyder se divierte haciendo cine pero aquí nos habla de la necesidad de crear ficción. ‘Mundo Surreal’ es el manifiesto de un ilusionista que protege su visión y está convencido de que la realidad es una constricción subjetiva. Cuando menos lo esperas, la cinta trasciende su vocación de espectáculo chatarra, su ambiente de cabaret cutre, y descubre la belleza en el lugar más pedestre y ruin de la imaginación. Reparas entonces que detrás del alegre girl power hay un altísimo costo que pagar, que los cuentos de hadas siempre fueron crueles, pero que de algún modo forjaron nuestro instinto de sobrevivencia.
10. Un Novio Para 3 Esposas, de Richard J. Lewis
Barney (Paul Giamatti) no es un gran hombre, tampoco es un gran artista, en realidad todo lo que ha hecho en su vida está signado por la medianía, basta decir que su legado a la humanidad es una tonta serie televisiva. Lewis logra que la cámara esté casi siempre en movimiento pero que no se perciba, que el pasado y el presente se conecten de forma fluida y transparente, que el sentimentalismo no contamine la amargura que destila la pluma de Mordecai Richler, el escritor canadiense más importante de su generación, a cuya memoria está dedicado este filme maduro y emotivo.
Claudio Cordero
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cine/20-peliculas-imprescindibles-del-2011_102234.html
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