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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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martes, 12 de marzo de 2013

Lima necesita escuchar a su alcaldesa, por Javier Torres


Javier Torres resalta, en su columna publicada en Diario 16, la importancia de la participación de la alcaldesa Susana Villarán en un evento en el cuál pueda responder, más allá del frustrado y penoso evento del Jurado Nacional de Elecciones, a las principales interrogantes sobre...
su gestión.

Por Javier Torres
Estando a vísperas de la consulta popular de revocatoria, quiero compartir mi perplejidad frente a la difícil coyuntura que atraviesa la ciudad de Lima. Es la primera vez en la historia que tendremos la posibilidad de producir, mediante el voto, un escenario en el que la alcaldesa y el concejo municipal en pleno dejen sus cargos. Nunca hemos tenido una decisión de esta naturaleza entre manos y lo primero que tenemos que tener claro es nuestra responsabilidad personal respecto a ese posible escenario.
Mi primera perplejidad es acerca de la ligereza con la que nos hemos embarcado en un proceso de revocatoria, en el que no tenemos la menor idea de quién será el reemplazante de la alcaldesa en caso esta sea revocada. Sabemos que podría ser cualquiera de los regidores de su lista que no resulten revocados, o el primer accesitario, en caso de no ser favorecidos con el voto. Me llama la atención que para los simpatizantes del SÍ no es un problema saber quién tomará el lugar de Villarán al frente del municipio. Parece resultarles una preocupación irrelevante.
Al conversar con muchos simpatizantes del SÍ, dicen muy alegremente que solo quieren que se vaya “la tía” –que es como se refieren despectivamente a la alcaldesa–, agregando alguna de las razones que se han repetido a lo largo de esta gestión. Cuando respondo a esto comentando las complejidades de una gestión interina de ocho meses, tras los cuales tendríamos que ir nuevamente a las urnas para elegir a un alcalde que nos gobierne solo un año, simplemente me dicen: “Pero ella se lo buscó”.
“¿Sabía usted que pedir la revocatoria de la alcaldesa y del concejo en pleno es el equivalente a pedir la revocatoria del presidente Humala y los 130 congresistas?”, agrego a la conversación. Al pensar en la pregunta, los entusiastas críticos de la alcaldesa “incapaz” e “ineficiente” simplemente se quedan mudos. Si insisto con un “¿se imagina el desorden?”, mis interlocutores cambian de tema o regresan en la conversación para insistir en la ola de La Herradura, el puente del Rímac, el desalojo de La Parada y un largo rosario que se repite una y otra vez. En estas respuestas hay un malestar sincero, que no creo que sea producto solo de la campaña de demolición contra esta gestión, pero que sin duda es un malestar retroalimentado por los enemigos, críticos y detractores no solo de la gestión, o sus propuestas, sino de la misma alcaldesa Villarán. Ella no supo enganchar con el amplio sector de la ciudadanía que marcará el SÍ, convencido de que eso es lo mejor y que difícilmente cambiará de opinión.
Como sabemos, la política peruana es proclive a sorpresas y volteretazos de última hora. Para que esto ocurra tiene que haber una gran voluntad política. Y no me refiero al tipo de voluntad que expresan regidores como Glave o Secada, que han hecho una enorme faena defendiendo la gestión municipal. Me refiero única y exclusivamente a la voluntad política de Susana Villarán. Es necesario que la alcaldesa se dirija a los vecinos y vecinas de Lima Metropolitana, no en un monólogo que los medios ni siquiera han querido difundir, ni en una pantomima de debate como la exposición de motivos que el JNE organizó, sino en un espacio donde se pueda someter a las acuciosas preguntas de los y las periodistas más reconocidos del medio. Bien organizado, este puede ser el espacio –y la última oportunidad– de rendición de cuentas que la ciudadanía le exige desde hace buen tiempo.
PD. Como bien saben quienes siguen esta columna, marcaré cuarenta veces NO porque creo que no hay razones suficientes para que Villarán y sus regidores dejen sus cargos.
Fuente: Diario 16
 
 

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