Hace dos semanas la Comisión Permanente del Congreso avanzó en el proceso de construcción de una bomba de hidrógeno, con una capacidad potencial de destrucción superior a una atómica. Con la autorización de la mayoría y la oposición de los nacionalistas aprobó la elevación del límite de inversiones de las AFPs en el exterior del 30% al 50%. En el razonamiento resaltó el argumento microeconómico de diversificación de la cartera de inversión, pero se olvidaron otros elementos y se eludió todo lo relativo a la esfera macroeconómica.
Tener mayores posibilidades de inversión es positivo para cualquier inversionista, pero sería mejor en la medida en que los mercados financieros, de capitales y de valores internacionales se encuentren en una situación estable. Los recientes acontecimientos en Europa, la desaceleración norteamericana y los problemas inflacionarios en la China no son el mejor ambiente.
Mayor ahorro reduce los niveles de consumo y la demanda, a menos que se compense con mayor inversión. En estos momentos el mayor ahorro no se acompaña de mayores niveles de inversión. La elevación del límite de inversión al exterior implicaría una filtración neta de demanda. Es ahorro nacional o esfuerzo interno que se destinaría a potenciar otras economías, en circunstancias en que estos recursos se requieren localmente. Por otra parte, utilizar el argumento de que las posibilidades de inversión en otros países son hasta el 100%, es ignorar que esas economías importan capitales, mientras que nuestras posibilidades tendenciales de atracción son reducidas.
Más inversión en el exterior, equivale a tener menos en instrumentos domésticos. Habría que vender acciones y bonos peruanos para comprar las extranjeras. Esta actividad, en las actuales circunstancias, podría llevar a que se desplome el precio de las acciones locales, echándole la culpa al nuevo gobierno. También podría destruir el incipiente mercado de capitales de títulos privados y públicos. Obviamente el sol se depreciaría, aunque poco por la elevada disponibilidad de reservas internacionales. A esto se aúna que las AFPs no tienen incentivo alguno para defender nuestras aportaciones acumuladas, ya que ganan con independencia a sus resultados.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas/sabotaje-financiero_91244.html
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