Discurso del Presidente de la República del ¨Perú, Ollanta Humala Tasso, ante el Congreso de
la República, el 28 de julio del 2011, en el marco de su asunción a la Primera Magistratura del
Estado.
Recibo con humildad y profundo fervor patriótico el cargo de Presidente de la República.
Declaro ante el Congreso, ante los presidentes amigos aquí reunidos y ante el pueblo peruano
que, fiel al mandato de las urnas y en pleno respeto al Estado de Derecho, dedicaré toda mi
energía a sentar las bases para que borremos definitivamente de nuestra historia el lacerante
rostro de la exclusión y la pobreza construyendo un Perú para todos, atento siempre, en los
más frágiles de nuestros hermanos. Exigiré el mismo compromiso y la misma energía a todo el
La democracia peruana será plena cuando la justicia y la paz social, la soberanía nacional y la
seguridad de nuestras familias constituyan el zócalo de nuestra nación, cuando la igualdad sea
patrimonio de todos y la exclusión social desaparezca aún en los lugares más remotos del país.
Queremos que la expresión misma de “exclusión social” se borre para siempre de nuestro
lenguaje y de nuestra realidad. Asumiré este reto con mi palabra y con mi vida... Hace casi un siglo, en 1914, Víctor Andrés Belaúnde, uno de los grandes intelectuales y
políticos del siglo XX, al terminar un discurso en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
lanzó a los jóvenes una proclama que era, al mismo tiempo, un grito de batalla y una demanda:
¡QUEREMOS PATRIA!
Esta proclama años después fue recogida por José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la
Torre para convertirla en pensamiento y acción. Esa reivindicación de la patria y de la Nación
ha sido, como ahora, el sueño encendido de generaciones y de pueblos.
Desde la fundación de la República, la patria constituye una aspiración al destino común, una
esperanza, una promesa inacabada por la que el pueblo peruano ha estado siempre dispuesto
a entregar su vida en la paz y en la guerra, para defenderla y para legarla a sus hijos con
orgullo y con fe.
La patria es nuestra Historia común, es el espacio donde todos los peruanos y peruanas
queremos vivir en paz y en democracia. Por ello todos nos sentimos orgullosos de nuestra
bandera, símbolo de nuestras luchas y de nuestro amor a la paz.
Esta aspiración a una patria inclusiva es la que abre el camino al progreso social. Para
hacerla posible nos presentamos ante el pueblo y por eso estamos aquí. Asumo este reto como
un desafío y como una promesa que expreso hoy ante todos los peruanos, y especialmente
ante mis hijos y ante todos los niños y niñas de este país, los que serán el Perú de mañana.
Este es nuestro patrimonio más rico. Por ellos y para ellos voy a cumplir mi promesa de hacer
de este país un lugar donde todos disfruten del mismo derecho a la plenitud y a la felicidad, a
una vida digna y a una vejez protegida.
Peruanas y peruanos:
El cinco de junio una mayoría de ciudadanos expresó su deseo de que el crecimiento
económico y la inclusión social marchen juntos para transformar nuestro país en una patria de
oportunidades para todos.
El incremento desmedido de los conflictos, muchos de ellos absurdamente violentos, nos
demuestran, día a día, que es urgente reparar las injusticias, corregir el rumbo y restablecer el
diálogo en nuestra sociedad.
El Perú es un país plurilingüe y multicultural. Esta múltiple diversidad constituye sin duda
nuestra mayor riqueza. Sin embargo, durante mucho tiempo ha existido un discurso y una
práctica de la exclusión, del rechazo a la diferencia, un “tú no eres igual que yo” que cobijó la
discriminación y la intolerancia. Esto resulta cuando menos extraño porque los
comportamientos excluyentes provienen muchas veces de quienes elogian nuestra diversidad
cultural.
Pero, precisamente esa diversidad cultural proviene de entender, que nuestra nación es un
crisol de razas y tradiciones. Son ellas las que sustentan, por ejemplo, nuestra extraordinaria
gastronomía, hoy admirada y reconocida en el mundo. Porque somos diferentes, pero iguales
en el fondo, labramos nuestra existencia en el trabajo y en el esfuerzo cotidiano. Somos mezcla
y creatividad. Somos imaginación y trabajo. Y esta diversidad, que queremos integradora y no
marginadora, constituye el fundamento de nuestra riqueza.
Nuestro país trabajador, honrado y diverso, se encuentra fracturado y herido. Sufre el
abandono de los políticos y de un Estado insensible, burocrático y centralista. Un Estado que le
ha dado la espalda al interior del país, un Estado que sufre de “mal de altura o soroche” y que
se niega a subir los andes y extenderse en nuestra amazonía. Un Estado acechado por la
corrupción y el despilfarro, alejado de sus ciudadanos, incapaz de protegerlos de la violencia y
la criminalidad.
Sueño con un Perú donde la vida no sea un riesgo, donde las ciudades sean espacios seguros
donde el ciudadano se encuentre protegido. Para esto necesitamos más estado, más patria y
que la corrupción sea sancionada.
La democracia expresó en las urnas un mandato y ese mandato debe ser honrado.
Restablecer el valor de la palabra empeñada ante el pueblo constituye el eje de la recuperación
de un sistema de valores éticos inherentes a la República.
Sin embargo, transformar el país no es tarea fácil. No solo porque el cambio es siempre una
tarea de multitudes, sino porque también implica enfrentar y superar nuestros problemas,
proponer una nueva manera de convivir. La realidad exige transformaciones para que la
igualdad, la tolerancia, el reconocimiento de nuestra diversidad y un desarrollo que nos incluya
a todos sea, al mismo tiempo, un acto civilizatorio y un compromiso colectivo. La realidad nos
interpela diariamente y nos exige un nuevo contrato social que haga posible la convivencia
armoniosa de todos los peruanos.
Evoco aquí nuevamente la figura de Haya de la Torre y su legado, plasmado singularmente en
la Constitución de 1979, la ultima constitución de origen democrático, a la que muchos no la
han respetado y por eso la olvidan, que constituye para mí una verdadera inspiración por su
contenido nacional, democrático y de libertad.
El gran Nelson Mandela, en un célebre discurso pronunciado en el marco de la UNESCO,
afirmó, con la convicción que lo caracterizaba, que la igualdad, la equidad económica y la
justicia social eran la base de toda democracia. El dijo: “No hay democracia con miseria, no hay
democracia con asimetrías sociales”. Y porque creo en la justicia de esta frase, yo he jurado
respetar y defender la democracia. Fortalecerla en sus valores igualitarios para hacerla legítima
ante el pueblo y así será.
Hoy ante ustedes ratifico este juramento. Quiero que vean en mí a un verdadero soldado de la
República, a un celoso guardián del Estado de Derecho y a un defensor de los derechos
humanos y de la libertad de prensa y de expresión.
El historiador Jorge Basadre afirmaba ya en 1931 que “el Perú debía terminar su proceso de
formación histórica. Dentro de él, vinculado más que nunca al continente y a la humanidad, el
país debe encontrar su realidad y su solución” Por eso, para buscar y encontrar una solución
integradora para ese Perú, para nuestro Perú “de compartimentos estancos” que describe
Basadre, proponemos una Gran Transformación, el inicio de una nueva época, que no es otra
cosa que una nueva convivencia entre todos los peruanos.
Nuestra administración será un gobierno para todos.
Las características de este gobierno pueden resumirse en los siguientes términos: reforma,
democracia, libertades, inclusión, redistribución, crecimiento, paz con justicia, seguridad,
descentralización, transparencia, soberanía y concertación.
Nuestra voluntad no es la de copiar modelos, queremos, como Basadre que el Perú deje de ser
el espacio problemático que era y sigue siendo, queremos para ello construir un camino propio,
un modelo peruano de crecimiento con estabilidad, democracia e inclusión social. Tomaremos
como ejemplo lo bueno de otras experiencias, pero como decía el amauta José Carlos
Mariátegui, no habrá calco ni copia sino creación heroica.
El mandato al que hicimos referencia exige responsabilidad en la conservación de los valores
sociales, económicos y culturales de lo realizado hasta ahora y que son un patrimonio de
todos.
Por esa razón, mantendremos y consolidaremos un crecimiento sano de la economía y sus
estándares macroeconómicos; respetaremos las reglas fiscales para afrontar eventuales crisis
externas o desastres naturales; la construcción de las obras de infraestructura, grandes y
pequeñas; los programas sociales; la promoción del turismo y de la cultura peruana y
honraremos los acuerdos comerciales con países y bloques amigos.
Fomentaremos una economía nacional de mercado abierta al mundo que haga realidad
nuestro compromiso de crecimiento con inclusión social y democracia.
Esto implica que el Estado sirva como promotor no solo del crecimiento, sino también del
progreso social. Priorizando educación, salud y nutrición infantil, mejorando las condiciones de
trabajo, particularmente los CAS y Servicios No Personales. Invirtiendo en infraestructura, en
escuelas, en postas médicas, en Cunas y mejorando el salario básico.
Un Estado que utilice sus recursos para ayudar a regularizar la informalidad, que ofrezca
crédito ventajoso para los pequeños y medianos empresarios y que facilite el espíritu
emprendedor de los peruanos que desea abrir su negocio y prosperar.
Quiero aprovechar aquí para transmitirles que el Salario Mínimo Vital de los trabajadores
sujetos al régimen laboral de la actividad privada tendrá un aumento inmediato de 75 soles a
partir de agosto y de 75 soles más en 2012, para alcanzar así los 750 soles. Pero estos
aumentos deben propiciar un proceso continuo de revalorización del salario básico ligado a la
productividad y al crecimiento económico, relacionado con una política global de reducción de
la informalidad y de preservación y fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas.
Nuestro desafío es realizar esta gran transformación de manera gradual y persistente para que
no se acompañe de presiones desestabilizadoras de nuestros equilibrios presupuestarios y
macroeconómicos.
Nuestro ideal de cambio no se concibe sin concertación, sin diálogo político y sin el
protagonismo de la gente. Con ese propósito, instalaremos un Consejo Económico y Social, en
base al actual Acuerdo Nacional cuyas políticas hemos suscrito. Este Consejo será dirigido
desde la Presidencia de la República con el acompañamiento del Presidente del Consejo de
Ministros, y estará integrado por empresarios, trabajadores y representantes de la sociedad
civil. Se abocará a elaborar estudios para la implementación de políticas públicas del gobierno
y tendrá un carácter consultivo.
Hacer de la inclusión social una prioridad exige que el conjunto de los programas sociales sean
agrupados y articulados en un Ministerio de Desarrollo y de Inclusión Social, para que el
desarrollo pueda llegar efectivamente a los que más lo necesitan.
El programa JUNTOS será extendido progresivamente hasta alcanzar los 800 distritos más
pobres del país.
Los adultos mayores en situación de pobreza y que no reciben ningún beneficio del Estado
deben recibir la solidaridad de la nación. Hogares donde a la edad avanzada se conjuga el
sufrimiento de la pobreza, exigen una acción social impostergable. A esos hogares haremos
llegar los 250 soles del programa PENSIÓN 65. Su implementación será inmediata y
alcanzaremos los 800 distritos más pobres del país progresivamente.
El programa Cuna Más para los niños de 0 a 3 años también se aplicará gradualmente y en los
800 distritos de pobreza extrema del Perú, hoy en la base del programa Juntos. El combate a la
desnutrición infantil será una prioridad, apoyado en la implementación de un programa de
nutrición infantil que comprenderá desayunos y almuerzos en las escuelas.
Haremos los esfuerzos que sean necesarios para que se alcance en todo el sistema educativo
la jornada de 8 horas de estudio e incentivar la cultura del deporte y la recreación, potenciando
las competencias interescolares en el campo de la cultura y las disciplinas deportivas, como
respuesta al alarmante dato que más de un tercio de alumnos en las grandes ciudades del
Perú corren riesgo de obesidad.
Iniciaremos el programa ‘Beca 18’, que integrará los programas existentes y que permitirá que
los jóvenes de bajos recursos económicos y con alto rendimiento escolar puedan continuar sus
estudios de nivel superior en instituciones públicas y/o privadas, en programas universitarios o
de técnicos superiores.
Reforzaremos el sistema de acreditación universitaria. Los títulos a nombre de la nación que en
algunos casos prácticamente se regalan, tendrán un riguroso procedimiento nacional en
salvaguarda de la calidad educativa.
En el ámbito de Salud, fortaleceremos el sistema de salud e instalaremos el Sistema de
Atención Móvil de Urgencia (SAMU) con una experiencia piloto en Lima y tres capitales de
departamento y la creación de un Programa de Facilitación de Acceso a Genéricos de Calidad.
Reforzaremos la atención primaria en salud en los distritos más pobres del Perú.
En los próximos 5 años construiremos hospitales en cada una de las 50 capitales de provincia
donde aún faltan. Haremos así realidad nuestro compromiso de tener por lo menos un hospital
en cada provincia del Perú.
Los campesinos del Perú y, en general los pobres del campo, serán objeto de prioridad.
AGROBANCO captará recursos para el otorgamiento de créditos a la agricultura familiar, y
estableceremos módulos de desarrollo agrario accesibles a las distintas formas de
asociaciones agrarias y de productores.
El Perú establecerá una nueva relación entre el Estado y el mercado, distinta de las fracasadas
recetas extremas del Estado intervencionista o del Estado mínimo y excluyente. En esa nueva
relación, el Estado será un promotor de la inversión y del desarrollo, garante del ejercicio de los
derechos y libertades, impulsor de las oportunidades para todos.
Buena parte de los conflictos del planeta se deben a la carencia de agua. No es posible que el
Perú que queremos construir no desarrolle una política de aprovechamiento soberano de los
recursos naturales, una política que garantice la explotación racional y equilibrada del agua, la
tierra, los bosques, la biodiversidad, el gas y los minerales. Esos recursos de todos los
peruanos contribuirán a la eliminación de la pobreza y la desigualdad. Se alentará la actividad
privada sobre los recursos naturales, pero estos serán explotados en condiciones de respeto a
las poblaciones, a los trabajadores y al medio ambiente.
Asimismo, avanzaremos profundamente en la política de ordenamiento territorial que nos
permita establecer de manera participativa el uso racional de nuestro territorio.
Las ganancias extraordinarias de las empresas mineras deben contribuir al esfuerzo nacional
en pro del combate contra la pobreza. Los contratos serán respetados y la negociación
permitirá, no lo dudo, y repito no lo dudo, que esta significativa contribución beneficie a todo el
país. Mi determinación es muy clara, tengo la voluntad y la convicción para alcanzar este
objetivo. En ello va mi palabra y mi compromiso con el pueblo peruano.
El gas del Lote 88 de Camisea, será orientado prioritariamente hacia el consumo interno.
Ejecutaremos una política de masificación del consumo del gas natural para llevarlo a los
hogares. En 5 años la ciudad de Lima podría contar con aproximadamente 400.000
conexiones.
Con la garantía de cumplir con la legislación vigente que establece la obligatoriedad del
abastecimiento del mercado interno, implementaremos acciones para que se reduzca
significativamente el precio del balón de GLP, lo que repercutirá favorablemente en la
economía de la mayoría de la población peruana, sin introducir distorsiones en el mercado, ni
fomentar el contrabando. Asimismo, masificaremos el uso del GNV como combustible barato y
accesible a todos.
Insistiremos en la diversificación de la matriz energética a favor del gas y las energías
renovables e impulsaremos el desarrollo de la industria petroquímica. En esa medida
fortaleceremos la regulación y el acceso competitivo a las fuentes de energía para el
transporte, evitando los sobreprecios.
Promoveremos la construcción de hidroeléctricas, fortaleciendo Electroperú y a las empresas
eléctricas estatales regionales, y promoviendo las privadas, en un adecuado balance que
otorgue prioridad a la demanda nacional. El Estado evaluará la participación de Electroperú en
los nuevos acuerdos de inversión.
Reconstruiremos una verdadera Marina Mercante del Perú para ejecutar lo que dispone la Ley
de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional. Fortaleceremos el SIMA y
ENAPU como empresas eficientes y buscaremos que la construcción de más aeropuertos se
oriente también hacia el fomento el turismo.
Tomaremos las medidas necesarias para que el Perú tenga su línea aérea de bandera y que el
mercado aéreo comercial sea más abierto y de mayor competencia, sobre todo para abaratar y
ampliar la comunicación al interior del país.
En el campo de la infraestructura, se proseguirá con la ejecución de obras viales como los
proyectos IIRSA Interoceánica del Sur, Interoceánica del Norte, los programas Costa-Sierra y
apoyaremos la elaboración y construcción de proyectos ferroviarios.
El gobierno nacional será el principal aliado de los gobiernos regionales y locales. Una de
nuestras primeras medidas será la instalación de un mecanismo de relación fluida del gobierno
con los presidentes regionales, incluyendo el reconocimiento de la Asamblea de Gobiernos
Regionales.
Para la ejecución de las políticas públicas nacionales, el gobierno realizará reuniones
descentralizadas buscando el diálogo con las autoridades regionales, alcaldes y representantes
de la sociedad. Los compromisos de mutua obligación serán objeto de seguimiento desde el
gobierno.
Consolidaremos el proceso del presupuesto participativo. Fomentaremos la vigencia de los
Consejos de Concertación Local y Regional ahora debilitados y en algunos casos hostigados,
como expresión de un enfoque de gestión compartida.
En el caso concreto de Lima, que ha crecido de forma desordenada y caótica, daremos
continuidad a la inversión en transporte público en la ciudad.
Anuncio que, en el plazo de dos meses, se iniciará una nueva etapa en la reconstrucción de los
pueblos del sur afectados por el terremoto del año 2007, lo que se realizará con el concurso de
los batallones de ingeniería de las FFAA.
El gobierno hace eco de la alerta mundial sobre cambio climático y se compromete a fortalecer
la regulación y dedicarse con seriedad a las labores de preservación de nuestra biodiversidad,
del recurso hídrico y de los glaciares. Será una prioridad para nosotros la prevención de
desastres.
El gobierno siente que uno de los graves problemas que provoca temor y frustración en las
personas es el de la inseguridad. Se arrastran en ello 30 años de fracasos y muy pocos éxitos
y los que sufren las consecuencias de la violencia del crimen organizado, el narcotráfico y el
pandillaje son los más pobres. Queremos cambiar esa historia de ausencia de liderazgo político
y la carencia de una política de estado eficaz en esta materia.
Es necesario desterrar la idea de que la inseguridad es un problema exclusivo de la policía. Por
eso anuncio que así como el Presidente de la República preside el Consejo de Defensa
Nacional, presidiré también un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana y Política de lucha
contra la Criminalidad para darle un carácter multisectorial.
Realizando un esfuerzo financiero del Estado, iniciaremos un proceso gradual de eliminación
del sistema 1 x 1 en el servicio policial. Incrementaremos los salarios de la policía en el marco
de un sistema más amplio que incluya la reforma de remuneraciones de la PNP. Activaremos
un Servicio Policial Voluntario, equiparemos y conectaremos a las comisarías a la red digital,
estableceremos penales fuera de Lima y de las principales zonas urbanas del país
implementaremos el trabajo físico para condenados por graves delitos. Disuadiremos con
penas más altas el uso de armas de fuego en la comisión de delitos de cualquier índole. En mi
gobierno no habrá perdón para violadores, ni para ningún delito cometido contra un niño o una
niña. Combatiremos el feminicidio y propondremos una revisión de la legislación vigente.
Ejecutaremos una política contra las drogas que consolide el modelo peruano de desarrollo
alternativo integral y sostenible para convertir a los productores, hoy ilegales, en agentes de
una economía legal. No seremos indiferentes frente al incremento alarmante de drogas entre
los adolescentes y jóvenes. Respetaremos el debate que en torno a este tema se ha abierto en
estos años, dentro y fuera del país, pero nosotros no legalizaremos ninguna droga ni tampoco
los cultivos ilícitos y por el contrario los vamos a combatir.
Nuestra política antidroga será soberana y reclamará que se haga realidad la responsabilidad
compartida con los países consumidores. Seremos inflexibles en el control de los insumos
químicos y el combate a las bandas de narcotraficantes.
Reduciremos la superficie ilegal de sembríos de coca, no permitiremos la extensión de cultivos
ilegales, menos aún en parques nacionales y zonas ecológicas. Al mismo tiempo, el Perú podrá
tomar la iniciativa de una Cumbre Presidencial Regional Antidrogas con la participación de los
países productores y consumidores, a cuyos presidentes he percibido muy preocupados con
este tema.
La corrupción es para nosotros un elemento que debilita al Estado y afecta su desarrollo. Es,
por lo tanto, un problema de seguridad. En tal sentido, defiendo la imprescriptibilidad de los
delitos de corrupción en agravio del Estado y la inhabilitación a perpetuidad contra sus autores
o cómplices para el ejercicio futuro de cualquier función pública; propongo la supresión de las
penas condicionales en las condenas por corrupción para que la prisión se cumpla de manera
efectiva; y defiendo la eliminación de los beneficios penitenciarios en los casos de corrupción.
Debemos poner fin a las secuelas de la violencia terrorista que vivimos y cumplir con las
reparaciones individuales y colectivas. Es necesario que las víctimas y deudos rehagan sus
vidas personales y familiares, que miren con otros ojos su futuro porque viven en una patria
que los incluye y que los reconoce como peruanos.
En cuanto a la Defensa nacional, en primer lugar queremos recuperar la moral de nuestras
Fuerzas Armadas y equiparlas de forma adecuada. Se reformará el sistema remunerativo de
las FFAA buscando cerrar la brecha salarial que existe entre los distintos grados. Esto se hará
salvaguardando la obligación que tiene el Estado de honrar el pago de pensiones, que es un
derecho fundamental consagrado.
Mantendremos la pensión renovable y realizaremos ajustes salariales graduales. Nuestra
primera inversión militar será en el soldado. Fortaleceremos el Servicio Militar con incentivos,
mejorando el pago a los conscriptos e instalando un Instituto Tecnológico de las FFAA para la
enseñanza de especialidades a quienes egresan del Servicio Militar.
Ratifico mi compromiso de desarrollar una política exterior multilateral de cara a nuestra región
que tanto ha cambiado en la última década. La integración en el marco de UNASUR y la
Comunidad Andina de Naciones será la línea principal de acción.
La solución pacífica de los litigios internacionales es la filosofía que me inspira y
particularmente en relación a nuestros diferendos con Chile. Seguros de los fundamentos de
nuestra causa que defiendo ardientemente, afirmo que acataremos el fallo del tribunal de La
Haya en nuestro reclamo sobre la frontera marítima y estoy convencido que Chile hará lo
mismo.
Vivimos en un mundo que cambia día a día y donde emergen nuevos poderes regionales. Las
condiciones están dadas para llevar adelante una fructífera integración en la región. No
deseamos una economía autárquica, que se mire a sí misma, aislada del proceso de
globalización. Queremos, más bien, una economía integrada. Integrada, en primer lugar, con la
región y, en especial, con nuestros vecinos andinos y sudamericanos.
Nuestra región es inmensa y rica en recursos pero también en historia y en culturas comunes.
Yo les quiero recordar que nuestra independencia fue un proceso regional, donde todos nos
hermanamos para lograr nuestra libertad y soberanía. La heroica gesta de nuestros próceres
como el general don José de San Martín y el libertador Simón Bolívar, siempre conscientes de
la urgencia de la unión de los pueblos de América, fueron los precursores del impulso
integrador del presente.”Seguramente, escribía Bolívar, la unión es la que nos falta para
completar la obra de nuestra regeneración”. Este es aún objetivo pendiente para todos los
pueblos de América.
El gobierno se propone reconocer y reivindicar a los 3 millones de peruanos migrantes. Para
empezar, mejoraremos la defensa consular de los peruanos en el exterior y rebajaremos el
costo de las remesas mediante convenios que realizará el Banco de la Nación. Deseamos que
quien desea regresar lo haga y para ello fomentaremos que sea sujeto de crédito.
Los detalles de estas políticas aquí señaladas serán presentadas por la presidencia de
Consejo de Ministros, como corresponde, ante el parlamento.
De la tradición militar que no olvido y llevaré en el corazón hasta la muerte conservo orgulloso
la tenacidad, la austeridad y el amor por el Perú y sus intereses. En esa tradición, a diferencia
de lo que piensan algunos, se sabe mandar pero también obedecer, hay jerarquía pero también
fraternidad, hay disciplina pero también intercambio de opiniones.
Esa tradición se funde con el espíritu generoso del Perú, lejano al odio. No vengo en son de
guerra sino en son de paz, sin venganza y sin rencor. Yo, que he sido acusado casi de todo, he
aprendido a perdonar hace muchos años, antes incluso de hacer política.
Por eso, a los que aún persisten en el encono les pido que bajen sus espadas y sus lanzas.
A los que demandan salarios y derechos les digo que no bajen sus banderas pero que sepan
que todo cambio, para ser sostenible, debe ser gradual y racional.
A mis partidarios les pido consecuencia, lealtad, sacrificio, inteligencia y honradez.
A la oposición la llamo a la responsabilidad. Le pido vigilancia y que, desde su posición,
respete también el mandato de las urnas, su mandato y el nuestro.
Al terminar reitero que solo soy un soldado de la democracia.
Hay patria para todos
Viva el Perú!Fuente: http://e.peru21.pe/102/doc/0/0/3/7/5/375551.pdf
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