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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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sábado, 24 de septiembre de 2011

Mano dura a los tardones

Sin previo aviso, el presidente de dicho poder del Estado, Daniel Abugattás, quiere acabar con las malas costumbres del Legislativo. Ayer anunció que no tolerará más a los parlamentarios que lleguen tarde a las sesiones plenarias y les advirtió que de continuar con ese mal hábito, simplemente las suspenderá.

“Estamos con problemas serios y creo que la impuntualidad representa una falta de respeto, así como cuando faltamos sin justificación alguna. Pero no lo vamos a tolerar más. Los parlamentarios olvidan que representamos a millones de peruanos que nos han elegido”, sentenció el nacionalista.

Y Abugattás demostró ayer que lo que dice va en serio. Ante la sorpresa de propios y extraños, suspendió la sesión plenaria a la 9 y 15 de la mañana (el Pleno había sido convocado para las 9 am), tras darse cuenta, luego de tomar la lista de asistencia, que de los 123 parlamentarios hábiles (sin tomar en consideración a la suspendida Martha Chávez y a otros seis con licencia), solo lo acompañaban en el Hemiciclo 25. Es decir, 5 de Gana Perú, 15 fujimoristas, 2 de Alianza Parlamentaria, 1 de Alianza por el Gran Cambio, 2 de Solidaridad Nacional y ninguno de Concertación Parlamentaria. Es decir, menos del 20 por ciento del total, aunque es una realidad que se ha visto en legislaturas pasadas.

“Lo que hemos hecho hoy (ayer) es una señal de que esto no se va a tolerar más. Lo normal hubiese sido suspender la sesión plenaria y convocarla hasta nueva aviso. El pueblo merece respeto absoluto y para mí las tardanzas constituyen una falta de respeto”, remarcó el titular del Parlamento.

MALOS HÁBITOS
Pero contemos lo sucedido. Daniel Abugattás ocupó su lugar en el Hemiciclo a las 9 de la mañana. Literalmente, no había nadie. Era el único, incluso, de la Mesa Directiva, pues Manuel Merino de Lama y Michael Urtecho brillaron por su ausencia. Solo la inasistencia de Yehude Simon estaba justificada, debido al fallecimiento de su madre.

Quince minutos después aparecieron 24 congresistas, cuando se necesitaban al menos 63 para el quórum respectivo. Se terminó de tomar lista y...
Abugattás decidió levantar la sesión. Minutos después optó por convocar a una sesión plenaria extraordinaria para las 11 de la mañana.

“Lo que ocurre es que llegar a destiempo es una práctica común. No basta que se les dé media hora, pues luego le das 45 de tolerancia. Así empezamos en la legislatura anterior y finalmente el llamado de la asistencia demoraba una hora. Entonces uno sabía que si bien la cita al Pleno era a las 9 de la mañana, llegando a las diez llegabas perfecto”, aseveró el nacionalista.

Tras la decisión de Abugattás, los fujimoristas fueron los primeros en protestar a través de una conferencia de prensa, donde insinuaron una acción adrede de la bancada nacionalista para no sesionar y evitar tocar temas relevantes como la conformación de la Comisión de Ética y temas de coyuntura como el viaje del presidente Ollanta Humala y su esposa, Nadine Heredia, a Estados Unidos, así como la prolongada ausencia de la ministra de Cultura, Susana Baca.

EN EL PLENO
Pero a las 11 de la mañana se dio inició, por fin, al Pleno con 108 congresistas presentes y las primeras intervenciones fueron precisamente para criticar la actitud del presidente del Congreso, en vez de reconocer hidalgamente su tardanza.

El congresista fujimorista Juan Díaz Dios volvió a reiterar que el oficialismo no tenía la voluntad de sesionar.
–“¿Usted está sesionando o no ahora?”, le preguntó un airado Abugattás.
–“No entiendo su pregunta”, le respondió Díaz Dios.
– ¿No entiendes?, ya, no entiendes, le replicó Abugattás, y le otorgó el pase a Freddy Otárola, dejando con la respuesta en la boca al fujimorista.

Otárola, quien también llegó tarde, tomó la palabra y defendió la posición de Abugattás. “Los negros de corazón siempre ven las cosas negras. Nosotros no disolvimos el Congreso, no piensen que nos vamos a comportar de esa manera. Somos una bancada democrática y vamos a consolidar la democracia”, enfatizó.

El congresista Juan Carlos Eguren, de Alianza por el Gran Cambio, sorprendió con su posición, pues pidió a la Mesa Directiva del Congreso avisar si las reglas de juego han cambiado. Es decir, avisar si ya no se puede llegar tarde.

“Fije las reglas de juego con mayor calidad, señor Presidente. Si bien es cierto que ha actuado de acuerdo al reglamento, tenemos hábitos, costumbres y tradiciones. Si estas se pretenden cambiar, estupendo, pero hay que cambiar las reglas de juego”, señaló sin sonrojarse.

Su compañero de bancada, Alberto Beingolea, también se pronunció en ese mismo sentido y pidió que avisen “si van a hacer correcciones (a las costumbres del Congreso)”.

Un solitario Rennán Espinoza admitió su falta: “Lo cierto es que todos hemos llegado tarde. Debe haber mayor tolerancia, sí, pero acá lo importantes es cumplir las reglas. Hemos llegado más de las 9 de la mañana y es cierto”, afirmó tras pedir a los voceros de todas las bancadas que programen sus reuniones en un horario diferente a las sesiones plenarias. Que cambien las malas costumbres.

LUIS ENDO: lendo@diario16.com.pe

Fuente: http://diario16.pe/noticia/9722-mano-dura-a-los-tardones

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