Hace dos días se encontró el cuerpo de una mujer en la playa La Tiza en Cañete, lugar sindicado como campo de entrenamiento de estos paramilitares
El último fin de semana se hallaron restos óseos de, al menos, ocho cuerpos en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, cuando obreros de este centro de estudios venían excavando un área en la falda de un cerro para construir nuevos pabellones.
Este hallazgo revivió fantasmas de lo ocurrido en 1992, cuando nueve estudiantes y un profesor, residentes en esta universidad, fueron secuestrados por el Grupo Colina.
Los restos óseos de los estudiantes desaparecidos fueron hallados en los rellenos sanitarios de Cieneguilla por el reciclador Justo Arizapana, quien fue testigo de excepción del momento en que los cuerpos, ya quemados, eran enterrados por militares.Gisela Ortiz, representante de los deudos de La Cantuta, señaló que ya había tenido informes acerca de la posibilidad de que hubiera más restos. “En el año 1992, en el proceso de búsqueda de nuestros familiares, los mismos militares nos decían que en el cerro Talpomachay, que está al pie de la universidad, enterraban a algunas víctimas”, señaló en diálogo con 90 Segundos, el programa que hizo público el hallazgo de los nuevos restos.
MÁS RESTOS
Este hallazgo se da a pocos días que se encontraran restos humanos en un cerro contiguo a la playa La Tiza, cerca de Cañete, específicamente el de una mujer de mediana edad acompañada de otras osamentas envueltas con papel periódico, dentro de una bolsa de plástico.
Como se recuerda, la playa La Tiza fue sindicada como campo de entrenamiento del Grupo Colina.
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