Se creó un impuesto de casi US$25 por tonelada de dióxido de carbono que pagarán casi 500 empresas. Los gases contaminantes se reducirían
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, anunció hoy un impuesto de 23 dólares locales (US$24,7 dólares) que alcanzará a 500 compañías, incluyendo fabricantes de acero y aluminio, por emisión de una tonelada de dióxido de carbono (CO2) a partir de 1 de julio de 2012.
“Como nación necesitamos poner un precio al carbono y crear un futuro con energías limpias (…) Con esta medida se pretende reducir en 160 millones de toneladas la emisión de gases contaminantes para el año 2020. Esto equivale a sacar unos 45 millones de autos de las carreteras”, señaló Gillard en rueda de prensa en Canberra.
El impuesto se incrementará en un 2,5% en términos reales hasta julio de 2015, cuando entre en vigor en Australia un esquema de intercambio de emisiones en el que el mercado regulará los precios.
El Partido Laborista de Gillard, que depende del apoyo de los Verdes e independientes para una mayoría en la Cámara baja, arriesga mucho con el proyecto ya que su popularidad se ha hundido a mínimos récord por dicho programa. Ahora, la funcionaria intentará convencer a los votantes opuestos al plan antes de una votación parlamentaria.
Australia es el peor emisor de gases con efecto invernadero per capita del mundo desarrollado por su fuerte dependencia del carbón para la generación de electricidad.
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, anunció hoy un impuesto de 23 dólares locales (US$24,7 dólares) que alcanzará a 500 compañías, incluyendo fabricantes de acero y aluminio, por emisión de una tonelada de dióxido de carbono (CO2) a partir de 1 de julio de 2012.
“Como nación necesitamos poner un precio al carbono y crear un futuro con energías limpias (…) Con esta medida se pretende reducir en 160 millones de toneladas la emisión de gases contaminantes para el año 2020. Esto equivale a sacar unos 45 millones de autos de las carreteras”, señaló Gillard en rueda de prensa en Canberra.
El impuesto se incrementará en un 2,5% en términos reales hasta julio de 2015, cuando entre en vigor en Australia un esquema de intercambio de emisiones en el que el mercado regulará los precios.
El Partido Laborista de Gillard, que depende del apoyo de los Verdes e independientes para una mayoría en la Cámara baja, arriesga mucho con el proyecto ya que su popularidad se ha hundido a mínimos récord por dicho programa. Ahora, la funcionaria intentará convencer a los votantes opuestos al plan antes de una votación parlamentaria.
Australia es el peor emisor de gases con efecto invernadero per capita del mundo desarrollado por su fuerte dependencia del carbón para la generación de electricidad.
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