Los resultados de una amplia y minuciosa encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica tienen una gran significación en torno a los anhelos de cambio de la ciudadanía, que busca cambio con equidad y una cabal defensa de los intereses nacionales, confirmando el consenso existente en torno la propuesta que ganó la elección presidencial para inaugurar un nuevo tiempo de la política, en pos de la equidad que ponga fin a dos décadas de crecimiento y avances económicos solo para unos pocos, por una política que ha dejado fuera, como meros y hambrientos espectadores, a las grandes mayorías.
El sondeo echa por tierra los afanes de políticos, medios de comunicación y sectores empresariales refractarios al cambio, de convencer a los peruanos que esa política económica, que lleva más de 20 años de fundamentalista aplicación, es la única vía para el crecimiento y que no debe ser cambiada en lo absoluto, más allá de retoques cosméticos que no modifiquen de fondo la situación existente.
Esa campaña de preservación del injusto statu quo está llegando a reeditar los argumentos del miedo y la distorsión ya utilizados y estrepitosamente fracasados en la campaña electoral, tanto en LA PRIMERA como en la segunda vuelta, y esta vez se reedita con el inocultable objetivo de pretenden inmovilizar y bloquear los afanes de transformación del gobierno que se instalará el 28 de julio.
Para ello, vuelven a decir que el elegido por el pueblo debe dar más y más “señales de confianza” a los agentes económicos, que si no hay un ministro a la medida de los intereses de los beneficiarios del modelo habrá pánico financiero, que si los ministerios y otros organismos claves para la economía no son encargados a guardianes del modelo todo lo ganado se irá abajo, que, en fin, la verdad absoluta es la suya y que cualquier cambio es inviable.
El fracaso de esa prédica se refleja en la citada encuesta en el hecho que la gran mayoría de los peruanos quieren reformas parciales o cambios radicales en la materia y apenas 23,4 por ciento de la población es partidaria de mantener sin cambios la política económica del actual gobierno, de la que se vanagloria casi a diario quien está terminando su mandato en medio de la desaprobación de dos tercios de la ciudadanía, precisamente por su política de crecimiento sin equidad.
Los resultados del citado sondeo reflejan también deseos de cambio en las respuestas dadas respecto a los objetivos y las prioridades que debe tener la nueva administración, y verifican un significativo optimismo que augura el éxito del nuevo gobierno, éxito que podrá lograrse con la decisión del nuevo presidente de cumplir lo ofrecido en la campaña electoral y poner fin a la vergonzosa costumbre de anteriores gobernantes, de hacer en el gobierno lo contrario de lo prometido como candidato.
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/la-primera-palabra/encuesta-significativa_89982.html
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