El presidente Alan García volvió a inaugurar una obra inconclusa (sin acabados, sin equipamiento) y volvió a perder los papeles en su afán de evitar declarar a la prensa que pugnaba por conocer sus impresiones sobre el nuevo gabinete del presidente electo, Ollanta Humala.
García inauguró esta vez la obra no terminada del Instituto Nacional de salud del Niño, para lo cual, según indicó durante su discurso, “se ha hecho una inversión de 260 millones de soles explicados en cada ladrillo y cada equipo médico y de ellos 102 millones en equipos médicos, que desde el más simple hasta el más complejo son 14700, que están en este momento dentro del hospital instalados”.
SIN EQUIPOLuego de su discurso, durante el recorrido que realizó al nosocomio acompañado de los hombres de prensa y el ministro de salud, Óscar Ugarte, y la viceministra Zarela Solís, era visible que al hospital le falta terminar las fachadas y que los ambientes donde se supone atenderán a los niños carece de equipamiento.
En el sector de cuidados intensivos de pacientes con quemaduras graves hay solo algunas camillas y válvulas de oxígeno, colocadas de manera eventual, y carece de implementos y medicamentos. Mientras que en la sala de operaciones casi no hay nada, ni siquiera el equipo instrumental quirúrgico básico mencionado por el presidente en su discurso, solamente, se observó la mesa de operaciones y las lámparas de iluminación.
ESTUVO TRANQUILO Es posible que el presidente Alan García perdiera los papeles ayer porque su obra estuvo inconclusa. No se entiende de otro modo que haya hecho inclusive simulaciones de que iba a patear a los hombres de prensa, por el solo hecho de que le pedían su opinión sobre el gabinete del presidente electo Ollanta Humala y sobre la inauguración de la obra inconclusa. García mostró su ira en el lobby del nuevo Hospital del Niño, exactamente en los precisos momentos en los que terminaba de recorrer sus instalaciones, donde presionado por la insistencia de la prensa, reaccionó enardecido abriendo los ojos y gritando: ¡Señores, respétenme! para luego proceder a dar patadas en el aire, con el fin evitar que los hombres y mujeres de prensa continuaran interrogándolo.
Con el mismo rostro registrado en la ya clásica foto del puntapié que le propinara al simpatizante aprista Jesús Lora en 2004, García repitió ese mismo gesto, de irá en los ojos y mordiendo su labio inferior. Segundos después, debido a los comentarios de los periodistas, el mandatario se serenó un poco y continuó su camino hacia la puerta de salida.
El estado de alteración del jefe de Estado fue notorio desde el inicio de la inspección a las instalaciones del hospital, porque en todo momento escapó de la presencia de la prensa, para lo cual utilizó su escudo de protección conformado por seguridad del Estado, que una vez más, se encargó de hacer a un lado a todos los periodistas a codazos y empujones.
Rosa María LoayzaRedacción
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=90807
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