Periodista todoterreno e hincha de Sergio Markarián (como todos), Augusto Álvarez Rodrich hace un balance en el que las estrellas de la escena política terminan siendo un Presidente que quiere tiempo suplementario y otro que tiene temor de salir a la cancha.
-¿No hay una ironía en este último tramo de la gestión aprista? Se lo digo porque Humala aparece corriéndose de la prensa y García inaugura todas las obras que puede, a la carrera.
La ironía puede ser cierta en el sentido de que García no quiere irse porque tiene pendientes inauguraciones por hacer, aunque a las obras les falten los baños o las escaleras. Mientras que, al mismo tiempo, Humala parece que no quiere llegar porque, estando a 12 días de la toma de mando, ya debería haber anunciado miembros de gabinete, algunas políticas y alianzas.
-Hablemos de García. Él le ha dado una reciente entrevista a El Comercio y, entre otras cosas, ha dicho que los descontentos de Sudamérica no son los peruanos sino los brasileños, aunque antes afirmaba que eran los más alegres, luego ha calificado su primer gobierno de velasquista y ha confesado que hubiera querido dejar a Velásquez Quesquén en Palacio. ¿Qué es lo que no ha respondido Alan García?
Primero, por qué tuvo tan poco compromiso con la lucha anticorrupción, teniendo en cuenta que su primer gobierno salió tan embarrado en esos temas. Solo tuvo frases salpicadas para salir de casos como los ‘Petroaudios’. Segundo, por qué, si tuvo tanto tiempo para pensar su regreso al poder, nunca pensó en reformas de segunda generación en materia de educación, salud, seguridad y justicia. Solo se dedicó a ser un buen administrador.
-Ante su segunda afirmación, él sacaría una serie de cifras y diría que se ha avanzado en construcción de carreteras, puentes y colegios emblemáticos.
Bueno, pero la educación no solo son edificios. Mi sensación es que García es un admirador de Alberto Fujimori. Él piensa hacer mucha obra y al diablo con el resto. ÉI piensa que la gente lo recordará por eso. Pero en la parte institucional hay un retroceso. El mejor indicador de ello es que en satisfacción con el funcionamiento de la democracia figuramos en los últimos lugares del Latinobarómetro.
-¿Siente que García dejó en claro su admiración por Fujimori en la última campaña electoral?
No, yo creo que él se movía por Keiko viendo que eso le convenía políticamente. Allí, no diría que tiene una alianza sino una coincidencia de...
visiones, de posiciones y de políticas.
-Está muy elaborado ese concepto. ¿Lo del Apra y el fujimorismo no es un simple matrimonio?
Lo que pasa es que el destino los empuja. No tienen que sentarse a firmar un pacto porque coinciden mucho en las cosas que les convienen.
-¿Le sorprende que García le haya dicho a El Comercio que Del Castillo era su delfín?
El ego de García no admite segundos. Él sabe que tiene terceros y cuartos. Él califica a alguien como su segundo de acuerdo a su propia conveniencia…
-Y de acuerdo al momento. Es decir, no creo que hubiera declarado lo de Del Castillo en la campaña electoral.
Así es. También tengo la sensación de que García tiene una incomodidad y una distancia con el Apra. Yo no creo que se va a salir del Apra, pero sí lo va a tener relegado. Probablemente para la próxima elección piense llegar con un frente amplio, donde el Apra sea una de las partes.
-O sea, que el Apra solo le servirá por la inscripción en el Jurado…
Por la inscripción, por la estrella y por el recuerdo.
-Usted, aunque crítico, dice que este gobierno de García ha sido bueno, pero él no ha sido tan generoso, a todos sus críticos los ha calificado de envidiosos, picones o anticristos. No hay mucha equidad en el uso de los adjetivos…
Mira, García es como es. Tiene un ego alimentado por algunos sectores de la prensa que son muy franeleros. Él vive en su burbuja, creyéndose que ha hecho un gran gobierno, porque hay algunos periodistas y empresarios que han ganado mucha plata en esta administración, que le dicen que todo es una maravilla. Si le preguntas al señor (Jorge) Barata de (la empresa brasileña) Odebrecht, si este ha sido un gran gobierno, él te va a decir que ha sido estupendo.
-Bueno, Barata aparece en todas las fotos de las últimas obras que inaugura García.
Hombre, pero claro. La vez pasada me preguntaron en la radio quién hizo Machu Picchu y yo respondí que a lo mejor lo había construido Odebrecht (se ríe). Volviendo a García, él está feliz y no admite que le quiebren su felicidad, qué importa que el estadio no tenga arcos.
-Entonces, lo que más le debe doler es tener cifras toledanas de aprobación al final de su mandato.
Yo recuerdo haber escuchado entrevistas de él o de Hugo Otero, en las que decía que se iba a ir con 50% de aprobación. Decían que si Toledo vivió con 10% de aprobación y se fue con 30%, García, que vivió con 30%, debía irse con 60%.
-Pero esa ecuación no funciona.
No funciona porque el Gobierno se creyó el cuento de que reducir la pobreza en 15%, que es un montón, es pasar inmediatamente a tener casa en Asia.
-Vamos con Humala, ¿qué es peor en él? ¿La familia que tiene o que su partido tenga total orfandad de cuadros técnicos?
Lo que le pasa a Humala es como el toreo. Hay que coger al toro como viene, él no puede escoger a la familia ni puede escoger al partido, ni puede escapar a que Alexis se vaya a hacer pendejadas a Rusia. Lo que sí se le puede criticar es cómo enfrenta cosas como las de Alexis. Lo que yo sentía durante la campaña es que el mayor riesgo con Humala no es el chavismo o que vaya a destruir la democracia, creo que el mayor riesgo con Humala es la improvisación y el desorden.
-Usted le da el beneficio de la duda, ¿piensa que Humala no sabía del viaje de su hermano a Rusia?
Mira, aun si hubiera sabido, lo importante es lo que se hace cuando estalla la crisis. Él pudo salir a decir que en su gobierno no se iban a permitir este tipo de cosas. Es más, hasta podía ir él mismo a presentar una denuncia penal. Lo que yo veo es que, si esto se repite después de 28 de julio, vamos a tener un Presidente que no sabe manejar crisis, con una familia inundándole por todos lados, y que no sale a dar la cara.
-Con lo que dice, siento que está haciendo una descripción de Alejandro Toledo.
Ese es un buen punto, pero la diferencia con Toledo es que él tenía la sensación de confianza del sector empresarial. Ellos decían “con este señor no hay problema”, en cambio con Humala sí hay un déficit de confianza, y es natural, porque él trae políticas alternativas. Para aplicar esas políticas alternativas se necesita un aterrizaje suave, un ‘soft landing’, pero él se demora en dar algunas señales, por esas demoras se enfría la economía. Él debe convocar gente que dé la sensación de un gobierno amplio. A estas alturas, Toledo ya tenía su Kuczynski, García tenía a su Del Castillo y su Carranza, y Belaunde a Ulloa. Humala solo tiene una tarjeta de viajero frecuente.
-Y los militantes de su partido que se apellidan Humala o Heredia.
Ese es el otro riesgo. Durante toda la campaña, Humala mantuvo a la familia a raya, pero ahora la familia se ha metido por la ventana. A estas alturas, creo que vamos a vivir con una mentira que nos haga felices a todos por el caso de Alexis. Es obvio que Humala estaba al tanto de esto, porque si es cierto lo que dice Gana Perú, si Alexis viajó a Rusia y fue capaz, a espaldas de todo el mundo, de reunirse con el canciller, a este señor habría que contratarlo para negociar con las mineras y abrir nuevos TLCs, es un negociador excelente, una fiera; el problema es que esto no es así, que todo estaba concertado.
-Con lo de Alexis, ¿el abrazo con Chávez termina siendo una anécdota?
Yo siempre sentí que Humala ya había roto con Chávez desde mucho tiempo atrás, que él ya se había recostado en Brasil desde el 2008 o 2009. Si ves la serie de viajes de Humala, él ha ido a la toma de mando y hasta al carnaval.
“Si ponemos en manos de un juez lo que es público, estamos jodidos”
“-¿Está de acuerdo o en contra de la propuesta del Poder Judicial para que no se difundan ciertas comunicaciones obtenidas por interceptación telefónica?
Mi respuesta es más matizada que la de mis colegas. Lo de César San Martín es un esfuerzo interesante de legislar algo que está en un limbo. Acá chocan dos derechos: el derecho a la intimidad de las personas y, por el otro lado, el derecho a que las personas conozcan hechos de interés público.
-La propuesta del Poder Judicial dice que sí se pueden difundir audios cuando hay un legítimo interés de difundir ‘cosas públicas’. ¿Ese es no es un problema? ¿Quién define qué es cosa pública?
Ese es el punto complicado. Si vamos a poner en manos de un juez lo que es público y publicable, creo que estamos jodidos. Si tuviéramos la Corte de la Haya en el Perú, eso sería formidable, pero solo tenemos a nuestro Poder Judicial. Eso de la “cosa pública” es recontra subjetivo. A lo mejor un juez decía que los Petroaudios no eran una “cosa pública”. O más allá, ¿los ‘Potoaudios’ de Lourdes Flores eran un tema de interés público? A mí me parece un tema privado, pero otros podían decir no.
-¿Qué es lo que no publicaría?
Yo no quise publicar lo del último hijo del Presidente. Allí sentía que era algo de la vida privada. Y en eso me da lo mismo que sea una cosa del Presidente, la vedette o el futbolista. Hombre, no lo iba a publicar pero claro que me encantó verlo, como lector.
-Así que cruzaba los dedos para que lo sacaran…
Pero claro, era el titular que estaba esperando leer al día siguiente. Yo no lo publicaría, pero respeto a quienes lo hacen.
-¿Susana Villarán tiene derecho a usar la frase de Markarián y decir que la tienen ‘podrida’ con las críticas?
Yo creo que hay una intencionalidad de algunos sectores de hacerle un cargamontón, pero todo político debe saber que gobierna con oposición y la única respuesta a eso es un buen gobierno.
O sea, que los políticos deben entender que no tienen niñera sino críticos.
Así es. Y en el caso de la prensa, yo prefiero una prensa enemiga. El rol de la prensa es joder al poder, no franelearlo.
EMILIO CAMACHO
Fuente: http://diario16.pe/noticia/7494-augusto-a-lvarez-rodrich-garcaia-no-quiere-irse-y-humala-no-quiere-llegar
-¿No hay una ironía en este último tramo de la gestión aprista? Se lo digo porque Humala aparece corriéndose de la prensa y García inaugura todas las obras que puede, a la carrera.
La ironía puede ser cierta en el sentido de que García no quiere irse porque tiene pendientes inauguraciones por hacer, aunque a las obras les falten los baños o las escaleras. Mientras que, al mismo tiempo, Humala parece que no quiere llegar porque, estando a 12 días de la toma de mando, ya debería haber anunciado miembros de gabinete, algunas políticas y alianzas.
-Hablemos de García. Él le ha dado una reciente entrevista a El Comercio y, entre otras cosas, ha dicho que los descontentos de Sudamérica no son los peruanos sino los brasileños, aunque antes afirmaba que eran los más alegres, luego ha calificado su primer gobierno de velasquista y ha confesado que hubiera querido dejar a Velásquez Quesquén en Palacio. ¿Qué es lo que no ha respondido Alan García?
Primero, por qué tuvo tan poco compromiso con la lucha anticorrupción, teniendo en cuenta que su primer gobierno salió tan embarrado en esos temas. Solo tuvo frases salpicadas para salir de casos como los ‘Petroaudios’. Segundo, por qué, si tuvo tanto tiempo para pensar su regreso al poder, nunca pensó en reformas de segunda generación en materia de educación, salud, seguridad y justicia. Solo se dedicó a ser un buen administrador.
-Ante su segunda afirmación, él sacaría una serie de cifras y diría que se ha avanzado en construcción de carreteras, puentes y colegios emblemáticos.
Bueno, pero la educación no solo son edificios. Mi sensación es que García es un admirador de Alberto Fujimori. Él piensa hacer mucha obra y al diablo con el resto. ÉI piensa que la gente lo recordará por eso. Pero en la parte institucional hay un retroceso. El mejor indicador de ello es que en satisfacción con el funcionamiento de la democracia figuramos en los últimos lugares del Latinobarómetro.
-¿Siente que García dejó en claro su admiración por Fujimori en la última campaña electoral?
No, yo creo que él se movía por Keiko viendo que eso le convenía políticamente. Allí, no diría que tiene una alianza sino una coincidencia de...
visiones, de posiciones y de políticas.
-Está muy elaborado ese concepto. ¿Lo del Apra y el fujimorismo no es un simple matrimonio?
Lo que pasa es que el destino los empuja. No tienen que sentarse a firmar un pacto porque coinciden mucho en las cosas que les convienen.
-¿Le sorprende que García le haya dicho a El Comercio que Del Castillo era su delfín?
El ego de García no admite segundos. Él sabe que tiene terceros y cuartos. Él califica a alguien como su segundo de acuerdo a su propia conveniencia…
-Y de acuerdo al momento. Es decir, no creo que hubiera declarado lo de Del Castillo en la campaña electoral.
Así es. También tengo la sensación de que García tiene una incomodidad y una distancia con el Apra. Yo no creo que se va a salir del Apra, pero sí lo va a tener relegado. Probablemente para la próxima elección piense llegar con un frente amplio, donde el Apra sea una de las partes.
-O sea, que el Apra solo le servirá por la inscripción en el Jurado…
Por la inscripción, por la estrella y por el recuerdo.
-Usted, aunque crítico, dice que este gobierno de García ha sido bueno, pero él no ha sido tan generoso, a todos sus críticos los ha calificado de envidiosos, picones o anticristos. No hay mucha equidad en el uso de los adjetivos…
Mira, García es como es. Tiene un ego alimentado por algunos sectores de la prensa que son muy franeleros. Él vive en su burbuja, creyéndose que ha hecho un gran gobierno, porque hay algunos periodistas y empresarios que han ganado mucha plata en esta administración, que le dicen que todo es una maravilla. Si le preguntas al señor (Jorge) Barata de (la empresa brasileña) Odebrecht, si este ha sido un gran gobierno, él te va a decir que ha sido estupendo.
-Bueno, Barata aparece en todas las fotos de las últimas obras que inaugura García.
Hombre, pero claro. La vez pasada me preguntaron en la radio quién hizo Machu Picchu y yo respondí que a lo mejor lo había construido Odebrecht (se ríe). Volviendo a García, él está feliz y no admite que le quiebren su felicidad, qué importa que el estadio no tenga arcos.
-Entonces, lo que más le debe doler es tener cifras toledanas de aprobación al final de su mandato.
Yo recuerdo haber escuchado entrevistas de él o de Hugo Otero, en las que decía que se iba a ir con 50% de aprobación. Decían que si Toledo vivió con 10% de aprobación y se fue con 30%, García, que vivió con 30%, debía irse con 60%.
-Pero esa ecuación no funciona.
No funciona porque el Gobierno se creyó el cuento de que reducir la pobreza en 15%, que es un montón, es pasar inmediatamente a tener casa en Asia.
-Vamos con Humala, ¿qué es peor en él? ¿La familia que tiene o que su partido tenga total orfandad de cuadros técnicos?
Lo que le pasa a Humala es como el toreo. Hay que coger al toro como viene, él no puede escoger a la familia ni puede escoger al partido, ni puede escapar a que Alexis se vaya a hacer pendejadas a Rusia. Lo que sí se le puede criticar es cómo enfrenta cosas como las de Alexis. Lo que yo sentía durante la campaña es que el mayor riesgo con Humala no es el chavismo o que vaya a destruir la democracia, creo que el mayor riesgo con Humala es la improvisación y el desorden.
-Usted le da el beneficio de la duda, ¿piensa que Humala no sabía del viaje de su hermano a Rusia?
Mira, aun si hubiera sabido, lo importante es lo que se hace cuando estalla la crisis. Él pudo salir a decir que en su gobierno no se iban a permitir este tipo de cosas. Es más, hasta podía ir él mismo a presentar una denuncia penal. Lo que yo veo es que, si esto se repite después de 28 de julio, vamos a tener un Presidente que no sabe manejar crisis, con una familia inundándole por todos lados, y que no sale a dar la cara.
-Con lo que dice, siento que está haciendo una descripción de Alejandro Toledo.
Ese es un buen punto, pero la diferencia con Toledo es que él tenía la sensación de confianza del sector empresarial. Ellos decían “con este señor no hay problema”, en cambio con Humala sí hay un déficit de confianza, y es natural, porque él trae políticas alternativas. Para aplicar esas políticas alternativas se necesita un aterrizaje suave, un ‘soft landing’, pero él se demora en dar algunas señales, por esas demoras se enfría la economía. Él debe convocar gente que dé la sensación de un gobierno amplio. A estas alturas, Toledo ya tenía su Kuczynski, García tenía a su Del Castillo y su Carranza, y Belaunde a Ulloa. Humala solo tiene una tarjeta de viajero frecuente.
-Y los militantes de su partido que se apellidan Humala o Heredia.
Ese es el otro riesgo. Durante toda la campaña, Humala mantuvo a la familia a raya, pero ahora la familia se ha metido por la ventana. A estas alturas, creo que vamos a vivir con una mentira que nos haga felices a todos por el caso de Alexis. Es obvio que Humala estaba al tanto de esto, porque si es cierto lo que dice Gana Perú, si Alexis viajó a Rusia y fue capaz, a espaldas de todo el mundo, de reunirse con el canciller, a este señor habría que contratarlo para negociar con las mineras y abrir nuevos TLCs, es un negociador excelente, una fiera; el problema es que esto no es así, que todo estaba concertado.
-Con lo de Alexis, ¿el abrazo con Chávez termina siendo una anécdota?
Yo siempre sentí que Humala ya había roto con Chávez desde mucho tiempo atrás, que él ya se había recostado en Brasil desde el 2008 o 2009. Si ves la serie de viajes de Humala, él ha ido a la toma de mando y hasta al carnaval.
“Si ponemos en manos de un juez lo que es público, estamos jodidos”
“-¿Está de acuerdo o en contra de la propuesta del Poder Judicial para que no se difundan ciertas comunicaciones obtenidas por interceptación telefónica?
Mi respuesta es más matizada que la de mis colegas. Lo de César San Martín es un esfuerzo interesante de legislar algo que está en un limbo. Acá chocan dos derechos: el derecho a la intimidad de las personas y, por el otro lado, el derecho a que las personas conozcan hechos de interés público.
-La propuesta del Poder Judicial dice que sí se pueden difundir audios cuando hay un legítimo interés de difundir ‘cosas públicas’. ¿Ese es no es un problema? ¿Quién define qué es cosa pública?
Ese es el punto complicado. Si vamos a poner en manos de un juez lo que es público y publicable, creo que estamos jodidos. Si tuviéramos la Corte de la Haya en el Perú, eso sería formidable, pero solo tenemos a nuestro Poder Judicial. Eso de la “cosa pública” es recontra subjetivo. A lo mejor un juez decía que los Petroaudios no eran una “cosa pública”. O más allá, ¿los ‘Potoaudios’ de Lourdes Flores eran un tema de interés público? A mí me parece un tema privado, pero otros podían decir no.
-¿Qué es lo que no publicaría?
Yo no quise publicar lo del último hijo del Presidente. Allí sentía que era algo de la vida privada. Y en eso me da lo mismo que sea una cosa del Presidente, la vedette o el futbolista. Hombre, no lo iba a publicar pero claro que me encantó verlo, como lector.
-Así que cruzaba los dedos para que lo sacaran…
Pero claro, era el titular que estaba esperando leer al día siguiente. Yo no lo publicaría, pero respeto a quienes lo hacen.
-¿Susana Villarán tiene derecho a usar la frase de Markarián y decir que la tienen ‘podrida’ con las críticas?
Yo creo que hay una intencionalidad de algunos sectores de hacerle un cargamontón, pero todo político debe saber que gobierna con oposición y la única respuesta a eso es un buen gobierno.
O sea, que los políticos deben entender que no tienen niñera sino críticos.
Así es. Y en el caso de la prensa, yo prefiero una prensa enemiga. El rol de la prensa es joder al poder, no franelearlo.
EMILIO CAMACHO
Fuente: http://diario16.pe/noticia/7494-augusto-a-lvarez-rodrich-garcaia-no-quiere-irse-y-humala-no-quiere-llegar
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