Así se desprende del Informe de la Tercera Veeduría culminado por la Contraloría, que empezó en febrero y culminó en junio de este año, a las obras del tramo 1 del tren eléctrico.
Señala que la obra no cuenta con un Estudio de Impacto Ambiental, por lo que no se ha contemplado ni mitigado el impacto negativo que los altos niveles de contaminación sonora podrían tener en la salud y seguridad de la población.
Cabe indicar que la certificación ambiental realizada por Provías Nacional para la ejecución del proyecto solo consiste en una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), requerida para proyectos cuya ejecución no origina “impactos ambientales negativos de carácter significativo”.
Sin embargo, la obra del tren eléctrico sí evidencia este tipo de impacto por lo que corresponde la elaboración de un Estudio de Impacto Ambiental semidetallado a detallado para sus dos etapas, tal como lo establece la Ley del Sistema Nacional de Evaluación del Impacto Ambiental.
El informe de la Contraloría presenta los resultados del monitoreo de ruido ambiental en tres distritos del cono sur, en horario diurno, durante el funcionamiento del tren eléctrico y donde los límites de contaminación sonora son distintos de acuerdo a su zonificación: comercial, residencial o de protección especial. En todos los casos el nivel de ruido supera los límites permisibles.
En la estación Atocongo, ubicada en San Juan de Miraflores, que corresponde a una zona comercial residencial, el valor máximo permitido es de 60 LAeqt, y el funcionamiento del tren eleva los niveles de contaminación sonora a 70 LAeqt. (ver cuadro) En la Estación Miguel Iglesias, en Villa María del Triunfo, y en la zona residencialcomercial- industrial aledaña al Puente Peatonal N° 3, en Villa El Salvador, también excede tal nivel.
Cabe recordar que antes de la inauguración del tren eléctrico, los alcaldes de los distritos afectados exigieron un estudio de impacto vial, otro de impacto ambiental, el incremento de áreas verdes y la reparación del daño provocado por la obra del gobierno, lo cual no fue atendido por la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico.
RIESGOS EN INFRAESTRUCTURA
Según el documento, el órgano nacional de control también verificó que en la cola de vía localizada en Villa El Salvador, el balastro nuevo fue mezclado con uno antiguo, haciéndolo pasar por nuevo, generando el riesgo de que los rieles se deterioren prematuramente, y que se realicen pagos que no corresponden.
También se detectó desniveles en el interior del sector denominado “SER” de la estación Javier Prado, lo que podría originar inconvenientes durante el uso y operación de los equipos, pues incluso se observó dificultad para abrir la puerta de la habitación.
Igualmente, en la cabina eléctrica de la estación Jorge Chávez se observó que los cables carecen de código y fecha de fabricación, lo que podría conllevar que la calidad de los cables mencionados no sean adecuados ni tengan la certificación necesaria.
AUMENTOS DE COSTOS
Durante la inspección física, los expertos de la Contraloría alertaron ciertas acciones que podrían conllevar una elevación injustificada de costos del proyecto, así como pagos en exceso por diseño de planos y otros, además de pagos por materiales “muy superiores” a los del mercado.
Asimismo, se comprobó la aprobación de planos y especificaciones técnicas en fechas posteriores a la aprobación del Expediente Técnico Definitivo, lo que acarrea el riesgo de que la Autoridad Autónoma haya aceptado un expediente incompleto, sin aplicar las penalidades correspondientes al contratista. Esto confirmaría el informe de la Comisión de Transferencia de Gana Perú que sostuvo que no se firmarían contratos del segundo tramo del tren, debido a que había muchas imprecisiones e irregularidades en el tramo 1 recientemente inaugurado.
Fuente: http://diario16.pe/noticia/7649-todos-los-errores-del-tren-elaectrico
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