Mientras nos dejamos aplanar ideológicamente por los medios que nos dicen que debemos atraer más inversiones especialmente en épocas de crisis, y no discutir sobre el capítulo económico de la Constitución de 1993, ni presionar para cobrar más impuestos a la gran minería; las empresas trasnacionales se hacen cada vez más profesionales en el arte de no pagar impuestos.
A propósito de los procesos de negociación con el gran capital que está abriendo el gobierno de Ollanta Humala, se ha iniciado un intenso debate en los medios de comunicación, en el que una serie de periodistas y analistas económicos defienden a las grandes empresas como si de sus propios bolsillos se tratara.
Insisten en los peligros de cobrar más impuestos a las mineras, renegociar el contrato de Camisea, subir el salario, o poner un tope a las altas tasas de intereses que nos cobra el sistema financiero por sus préstamos.
Todo con el cuento de la pérdida de competitividad y de que las inversiones se pueden ir. Nunca hablan de la planificación tributaria que hacen las trasnacionales para eludir el pago de tributos, ni de los mecanismos globales de evasión fiscal que usa la gran inversión.
PRECIOS DE TRANSFERENCIAAmérica Latina pierde miles de millones de dólares al año debido a...
estos mecanismos, siendo el más conocido el denominado como “precios de transferencia”, que consiste en que una trasnacional que opera en determinado país realiza operaciones de compra venta con sus filiales y sucursales ubicadas en otros países (normalmente paraísos fiscales), sobrevaluando y subvaluando precios según convenga, con la finalidad de evitar el pago de impuestos.
Lo que a simple vista es un asunto de contadores o abogados empresariales, encubre en realidad el traslado de miles de millones de dólares que deberían ir a las arcas fiscales de los países donde se asienta la inversión.
Un estudio hecho por la Red de Justicia Fiscal revela que trece países de América Latina “en su interacción con el flujo de capitales en el comercio con la Unión Europea y Estados Unidos para el período 2005 – 2007” registran en conjunto una pérdida total de recaudación tributaria anual de 10 mil quinientos millones de dólares, debido principalmente al uso de los precios de transferencia.
En ese mismo periodo, murieron 271 mil niños menores de 5 años en esos mismos países debido a problemas nutricionales y falta de atención en salud. Si esos recursos se hubieran recaudado y destinado a atender estos problemas a lo mejor se hubiera podido salvar muchas de esas vidas.
En el caso del Perú, los recursos dejados de cobrar a las trasnacionales que operan en el país en el periodo 2005-2007, según el mismo estudio, ascienden a 355 millones de dólares.
PARAÍSOS FISCALESSegún la red europea sobre deuda y desarrollo (Eurodad), solo en Europa existen 25 territorios calificados como paraísos fiscales; jurisdicciones donde el gran capital logra ocultar sus ganancias y evitar los controles tributarios. Andorra, Malta, Suiza, Luxemburgo, Mónaco entre otros son funcionales para refugiar la fuga ilícita de capitales.
Los grandes perdedores son los países en desarrollo, pues como sostiene la especialista en temas fiscales de Eurodad, Martha Ruiz, estos países han transferido de manera neta 197 mil millones de dólares hacia los países desarrollados en el periodo 1990-2008.
Es decir, descontado lo que entra en calidad de inversión extranjera directa y remesas de los migrantes, de lo que sale por concepto de pago de deuda y flujos ilícitos, resulta que los países en desarrollo, donde se ubica el Perú, terminan siendo exportadores de capital.
De toda esta salida de dinero, el monto más importante corresponde a los flujos ilícitos, que alcanza la suma de 246 mil millones de dólares según reporta el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De acuerdo a las investigaciones del Global Financial Integrity, programa del Center for International Policy, del total de flujos ilícitos que salen de los países en vías de desarrollo, el 31 por ciento es de origen criminal, el 5 por ciento por corrupción, y nada menos que el 64 por ciento se debe a prácticas comerciales como el uso de precios de transferencia.
Las transnacionales utilizan diversos mecanismos para evadir impuestos.
¿Y CÓMO LO HACEN?Siguiendo a Eurodad, lo primero es la creación de múltiples filiales: fábricas, servicios financieros, marketing, Seguros, servicios jurídicos, etc. Luego, localizar varios de los servicios en paraísos fiscales.
El tercer paso es instalarse en el país donde van a producir y/o distribuir sus productos, por ejemplo una empresa alemana que se instala en Perú. Negocian exenciones e incentivos fiscales con el cuento de la inversión; suscriben convenios de estabilidad jurídica y se cubren bajo el Tratado de Protección de Inversiones suscrito con su país de origen.
Lo que sigue es transferir sus beneficios a filiales offshore mediante precios de transferencia, como contratar consultorías a sus filiales en paraísos fiscales o comprar cualquier otro servicio, o pagar supuestas deudas, o simplemente usar facturas falsas. El resultado final es la obtención de más renta y la pérdida de recursos del tesoro público del país donde se implantaron.
Las empresas trasnacionales, la Suiza Glencore (minería), y la inglesa Sab Miller (cervecería), ambas presentes en el Perú, son conocidas por usar precios de transferencia para evitar el pago de impuestos.
La ONG británica Action Aid, ha investigado a profundidad toda la ruta seguida por ellas en su afán por burlar los sistemas fiscales tanto de los países donde operan como de sus países de origen.
SALIDAS PROPUESTASSi bien, se han desarrollado algunas iniciativas para controlar el uso indiscriminado de los precios de transferencia, entre la cuales tenemos la iniciativa EITI, lanzada en el 2002 para que las empresas mineras y petroleras publiquen voluntariamente los pagos que hacen a los gobiernos.
También está la ley estadounidense Dodd Frank para que todas las compañías americanas relacionadas a industrias extractivas registradas en bolsa de valores, revelen desde el 2012 los pagos que hacen país por país sobre cada proyecto que tengan.
Igualmente, las directivas europeas TOD, para las empresas que cotizan en bolsa, y las directivas contables para las que no cotizan también transparenten sus cuentas; no es aún suficiente para controlar a las todopoderosas multinacionales.
Se requiere una estrategia integral que identifique las prácticas ilícitas y permita un escrutinio público del comportamiento corporativo. Diversas organizaciones sociales e institutos de investigación en el mundo vienen promoviendo mecanismos como los informes país por país donde cada empresa transnacional informe de su relación comercial, contable y jurídica.
Mientras tanto seguiremos escuchando en las radios, televisoras y prensa controladas por el poder económico que debemos hacer todo con tal de atraer inversiones.
Carlos Alonso Bedoya
Unidad de Investigación
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/15/y-encima-dejan-de-pagar-impuestos_95962.html
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