Pese a los planes gubernamentales, una economía en alza y acciones de seguridad, el Gobierno brasileño no ha podido terminar aún con estos aglomerados habitacionales
ANA PEREIRA
EDSON CAPOANO
Colaboradores desde Sao Paulo
Casi la mitad (49,8%) está en el sudeste del país, donde se ubican Sao Paulo y Río de Janeiro. En esta ciudad se encuentra Rocinha, la más grande del país, con 69.161 habitantes. Sin embargo, son 20 regiones metropolitanas las que concentran 88,6% de las favelas brasileñas. Sol Nascente, en la capital Brasilia, alberga a 56.483 personas. Belém, capital del estado amazónico de Pará, vive con un 54% de la población en condiciones de favelización.
RIQUEZA NACIONAL Y FAVELAS
El Producto Interno Bruto (PIB) brasileño alcanzó 2.087 mil billones de dólares en 2010, alzando el país a sexta economía mundial, superando el PIB de Inglaterra e Italia, y acercándose al de...
Francia. Entonces la pregunta cae por su propio peso: ¿Por qué Brasil sigue con más de 11 millones de personas en habitaciones precarias?
“De 2001 a 2009, la renta de los favelados creció un 42%, y de los demás ciudadanos de metrópolis, 16%. Tenemos un crecimiento del nivel de China en la base y otro bajo en el tope. Es un cambio significativo”, afirma Gustavo Neri, economista jefe del Centro de Políticas Sociales (CPS), junto a la Fundación Getulio Vargas.
Sin embargo, la renta no se refleja en el fin de las favelas. “La mejora de la economía brasileña y del PIB son reflejados en la renta de los ciudadanos. La gente tiene plata en el bolsillo, pero las condiciones de habitación caminan en direcciones distintas”, aclara Neri.
LO QUE HACE EL GOBIERNO
Programas gubernamentales de financiación de obras en las favelas, compra y regularización de lotes se están abriendo camino para la instalación de servicios públicos y comercio privado, como bancos y supermercados.
El PAC 2, Programa de Aceleración del Crecimiento, paquete de obras para el desarrollo estructural, económico y social del país, pretende destinar US$150 mil millones a la urbanización de ocupaciones precarias, construcción y financiación de viviendas.
Isabell Erdmann, estudiosa alemana del turismo, vive y trabaja en el complejo de favelas Cantagalo-Pavão-Pavãozinho, detrás del famoso balneario de Ipanema. Labora en un proyecto de preservación de memoria de la comunidad y afirma que las mejoras en la favela son visibles:
“Mucho ha cambiado. Los últimos años el gobierno hace muchas cosas acá. Recién recibimos obras del PAC 2, con obras en la comunidad en los próximos 18 meses con el valor de US$ 8 millones”. Hoy, el complejo de Isabell disfruta de un teleférico que le conecta al metro carioca, facilitando la movilidad de los habitantes, uno de los peores problemas de las favelas.
OCUPACIÓN POLICIAL CONTRA NARCOS
Desde el fin de 2008, el gobierno carioca implementó el proyecto de las UPPs (Unidad de Policía Pacificadora), una mezcla de policía comunitaria con ocupación pesada de las fuerzas de seguridad contra narcotraficantes.
Con la recuperación de la Favela de la Rocinha, en noviembre, ya son 19 las UPPs instaladas en favelas de Río de Janeiro y más de 350 mil habitantes atendidos.
Hay una sensación de seguridad en comunidades antes dominadas por narcotraficantes. Sin embargo, hay quejas de mala conducta y fuerza excesiva de algunos miembros de la policía. En la favela de Mangueira, famosa por la escuela de samba, por ejemplo, un hombre fue baleado el 19 de diciembre por un policía en una fiesta.
“MINHA CASA, MINHA VIDA”
Otra iniciativa gubernamental es el programa Mi Casa, Mi Vida, que pretende construir 2 millones de viviendas a los brasileños, a través de subsidios, reducción de impuestos y acceso de fondos de desempleo para construcción.
Flávio Villaça, profesor de urbanismo de la Universidad de Sao Paulo aprueba el programa, pero cuestiona la regularidad de los lotes. “El programa Mi Casa, Mi Vida está ofreciendo condiciones para que la gente compre su inmueble, en lugar de ocupar un lote irregular, pero tener una casa no es suficiente, porque ya la tienen. Lo que necesitan es un terreno propio, con calles y condiciones dignas de un habitante común de la ciudad”, argumentó.
EL ORIGEN DEL NOMBRE “FAVELA”
La popularización del nombre “favela” proviene del siglo XIX. Una comunidad independiente de 15 mil personas llamada Canudos fue organizada en el Estado de Bahía, noreste brasileño. Una de sus ocupaciones fue en el Cerro de la Favela, cubierto con plantas de este nombre.
Sin pagar impuestos, y con el rechazo de los hacendados por robarles mano de obra, Canudos fue declarada insurgente y destruida en 1897 por el Ejército brasileño. Los soldados que volvieron a Río de Janeiro, entonces capital, se ubicaron en los cerros cariocas, en condiciones semejantes al Cerro de la Favela bahiano. Sus habitantes fueron llamados favelados, popularizando el nombre.
DATOS CLAVES
Son 11,4 millones de favelados en Brasil, según la nueva clasificación de aglomerados subnormales de IBGE.
Brasil tiene 194 millones de habitantes y una renta per capita de US$10.162 al año, pero más de 16 millones de personas viven con hasta US$40 al mes.
El programa Bolsa Familia, del gobierno de Lula da Silva (2002-2009), disminuyó la pobreza en más de 50%, pero un 8,5% vive en situación de extrema pobreza.
El PAC 2, Programa de Aceleración del Crecimiento, paquete de obras para el desarrollo estructural, económico y social del país, pretende destinar US$150 mil millones a la urbanización de ocupaciones precarias, construcción y financiación de viviendas.
“Los habitantes de las favelas no son las personas más pobres de Brasil, pero sí son los que llaman más la atención”, según el economista Gustavo Neri.
“Los favelados están lejos de los centros urbanos, mercado de trabajo y dependen de precarios transportes públicos. No tienen opción, al final, la favela es la alternativa de los desesperados”, afirma el urbanista Flávio Villaça.
EDSON CAPOANO
Colaboradores desde Sao Paulo
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) anunció que 11,4 millones de brasileños viven en favelas. Según el Censo de 2010, son un 6% de los 194 millones de habitantes del país, repartidos en 6.329 aglomerados humanos con carencia de seguridad, saneamiento y urbanización.
El resultado fue 4,9 millones de personas más en favelas, en comparación al año 2000, cuando empezó la nueva clasificación de IBGE sobre “aglomerados subnormales”: mínimo de 51 unidades habitacionales, carentes de servicios públicos esenciales, en terrenos muchas veces ocupados, desordenados y densamente poblados.Casi la mitad (49,8%) está en el sudeste del país, donde se ubican Sao Paulo y Río de Janeiro. En esta ciudad se encuentra Rocinha, la más grande del país, con 69.161 habitantes. Sin embargo, son 20 regiones metropolitanas las que concentran 88,6% de las favelas brasileñas. Sol Nascente, en la capital Brasilia, alberga a 56.483 personas. Belém, capital del estado amazónico de Pará, vive con un 54% de la población en condiciones de favelización.
RIQUEZA NACIONAL Y FAVELAS
El Producto Interno Bruto (PIB) brasileño alcanzó 2.087 mil billones de dólares en 2010, alzando el país a sexta economía mundial, superando el PIB de Inglaterra e Italia, y acercándose al de...
Francia. Entonces la pregunta cae por su propio peso: ¿Por qué Brasil sigue con más de 11 millones de personas en habitaciones precarias?
“De 2001 a 2009, la renta de los favelados creció un 42%, y de los demás ciudadanos de metrópolis, 16%. Tenemos un crecimiento del nivel de China en la base y otro bajo en el tope. Es un cambio significativo”, afirma Gustavo Neri, economista jefe del Centro de Políticas Sociales (CPS), junto a la Fundación Getulio Vargas.
Sin embargo, la renta no se refleja en el fin de las favelas. “La mejora de la economía brasileña y del PIB son reflejados en la renta de los ciudadanos. La gente tiene plata en el bolsillo, pero las condiciones de habitación caminan en direcciones distintas”, aclara Neri.
LO QUE HACE EL GOBIERNO
Programas gubernamentales de financiación de obras en las favelas, compra y regularización de lotes se están abriendo camino para la instalación de servicios públicos y comercio privado, como bancos y supermercados.
El PAC 2, Programa de Aceleración del Crecimiento, paquete de obras para el desarrollo estructural, económico y social del país, pretende destinar US$150 mil millones a la urbanización de ocupaciones precarias, construcción y financiación de viviendas.
Isabell Erdmann, estudiosa alemana del turismo, vive y trabaja en el complejo de favelas Cantagalo-Pavão-Pavãozinho, detrás del famoso balneario de Ipanema. Labora en un proyecto de preservación de memoria de la comunidad y afirma que las mejoras en la favela son visibles:
“Mucho ha cambiado. Los últimos años el gobierno hace muchas cosas acá. Recién recibimos obras del PAC 2, con obras en la comunidad en los próximos 18 meses con el valor de US$ 8 millones”. Hoy, el complejo de Isabell disfruta de un teleférico que le conecta al metro carioca, facilitando la movilidad de los habitantes, uno de los peores problemas de las favelas.
OCUPACIÓN POLICIAL CONTRA NARCOS
Desde el fin de 2008, el gobierno carioca implementó el proyecto de las UPPs (Unidad de Policía Pacificadora), una mezcla de policía comunitaria con ocupación pesada de las fuerzas de seguridad contra narcotraficantes.
Con la recuperación de la Favela de la Rocinha, en noviembre, ya son 19 las UPPs instaladas en favelas de Río de Janeiro y más de 350 mil habitantes atendidos.
Hay una sensación de seguridad en comunidades antes dominadas por narcotraficantes. Sin embargo, hay quejas de mala conducta y fuerza excesiva de algunos miembros de la policía. En la favela de Mangueira, famosa por la escuela de samba, por ejemplo, un hombre fue baleado el 19 de diciembre por un policía en una fiesta.
“MINHA CASA, MINHA VIDA”
Otra iniciativa gubernamental es el programa Mi Casa, Mi Vida, que pretende construir 2 millones de viviendas a los brasileños, a través de subsidios, reducción de impuestos y acceso de fondos de desempleo para construcción.
Flávio Villaça, profesor de urbanismo de la Universidad de Sao Paulo aprueba el programa, pero cuestiona la regularidad de los lotes. “El programa Mi Casa, Mi Vida está ofreciendo condiciones para que la gente compre su inmueble, en lugar de ocupar un lote irregular, pero tener una casa no es suficiente, porque ya la tienen. Lo que necesitan es un terreno propio, con calles y condiciones dignas de un habitante común de la ciudad”, argumentó.
EL ORIGEN DEL NOMBRE “FAVELA”
La popularización del nombre “favela” proviene del siglo XIX. Una comunidad independiente de 15 mil personas llamada Canudos fue organizada en el Estado de Bahía, noreste brasileño. Una de sus ocupaciones fue en el Cerro de la Favela, cubierto con plantas de este nombre.
Sin pagar impuestos, y con el rechazo de los hacendados por robarles mano de obra, Canudos fue declarada insurgente y destruida en 1897 por el Ejército brasileño. Los soldados que volvieron a Río de Janeiro, entonces capital, se ubicaron en los cerros cariocas, en condiciones semejantes al Cerro de la Favela bahiano. Sus habitantes fueron llamados favelados, popularizando el nombre.
DATOS CLAVES
Son 11,4 millones de favelados en Brasil, según la nueva clasificación de aglomerados subnormales de IBGE.
Brasil tiene 194 millones de habitantes y una renta per capita de US$10.162 al año, pero más de 16 millones de personas viven con hasta US$40 al mes.
El programa Bolsa Familia, del gobierno de Lula da Silva (2002-2009), disminuyó la pobreza en más de 50%, pero un 8,5% vive en situación de extrema pobreza.
El PAC 2, Programa de Aceleración del Crecimiento, paquete de obras para el desarrollo estructural, económico y social del país, pretende destinar US$150 mil millones a la urbanización de ocupaciones precarias, construcción y financiación de viviendas.
“Los habitantes de las favelas no son las personas más pobres de Brasil, pero sí son los que llaman más la atención”, según el economista Gustavo Neri.
“Los favelados están lejos de los centros urbanos, mercado de trabajo y dependen de precarios transportes públicos. No tienen opción, al final, la favela es la alternativa de los desesperados”, afirma el urbanista Flávio Villaça.
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