“¿Cuándo vas a dejar ese hábito, esa maldita manía de nombrar las cosas inventando palabras, desordenando tu vida, la nuestra y para no lograr nada, sino solo escribir oraciones infelices que nos ponen contra el muro mientras quiero besarte, morderte la...
boca, tan dulce, tan intensa y solo salen palabras que se parecen de loco… que no me nombran, que no entiendo, que hablan de otros… cuando, ¡dime! cuándo vas a dejar de ir por las calles con ese cuaderno lleno de… mierda, como si todo lo demás no existiera?” reclamaba el hombre a su joven esposa, quien no lo miraba ni escuchaba sino solo apretaba el puño calculando las palabras exactas de lo que escribiría después, sin que le importe no tener nada más que las mismas palabras por las que le reclamaba. Tendría los nudillos reventados después de estrellarlos contra la pared reafirmando lo que ya sabe, lo que él sabe: que el lenguaje no fue una elección sino la más increíble maldición.
***
Escuchar
poesía por primera vez podría cambiarlo todo. El monstruo podría notar
que escuchamos más allá de su rugido y caer sobre nosotros a exigirnos
hacer lo mismo: escribir, por rabia, por amor, por lo que sea, pero
escribir y no parar nunca más.¿Pueden tres o cuatro días cambiar o instalarse dentro de una historia cualquiera y hacerla significativa, más intensa, real? ¿Pueden tres días de escuchar poesía cambiarnos al punto de no poder reconocernos después? Consumado el acto no seremos otra cosa que objetos o sujetos afectados por el lenguaje, cambiante, violento y transformador, acaso un catalizador o una puerta a la que tocar violentamente. Dentro, habrá de todo y los monstruos encerrados serán nuestros, ofrecidos a nuestro lenguaje. ¡Escribe! ordenarán con voces estruendosas y solo quedará obedecer.
Festival de poesía de Lima
¿De qué puede servir que cien poetas se reúnan en un país a leer lo que han hecho, producido y publicado?
“Una niña me escribió y me dijo que había estado en un recital de Arturo Corcuera y que había decidido que no tendría más que hacer en la vida, que escribir” comenta el poeta peruano Renato Sandoval, refiriéndose al Festival Internacional de Poesía de Lima del año pasado, el cual dirige y cuya segunda edición esta ad portas. Y agrega “La poesía es también una forma crítica de ver la realidad, de no transar con lo que se te ofrece”.
Le preguntamos: ¿Qué significa hacer un festival de poesía en el Perú? Renato baja la cabeza, sonríe, mueve los hombros y comenta “con las barreras burocráticas, hacer gestión con tan pocos medios parece imposible, pero todo lo imaginable es posible, y así comenzamos, imaginando lo que queríamos y lo obtuvimos, a pesar de que nos quedamos casi sin nada, pero felices, eso sí”
Diez años antes el festival era una idea, de pronto, hacían falta 150 mil dólares para invitar a los poetas, eso significaba pagar boletos de avión, hoteles, viáticos y mucho más. El equipo de Renato Sandoval lo logró y el año pasado dieron inicio a esta tradición. El segundo festival empieza en julio y asistirán más de 60 poetas internacionales y 40 nacionales. Tienen a la Municipalidad de Lima como socio y algunas entidades que apoyan el festival cuyo costo asciende a 450 mil dólares, de los que han conseguido menos de la mitad, pero lo mejor de todo es que son tercos y tendremos festival para rato. Va del 4 al 7 de julio y entre los invitados se encuentran Alfonso Romano de Sant’Anna de Brasil, Diana Bellesi de Argentina, Barnabé Laye de Benín, Nathalie Handal de Palestina, el candidato al candidato al Premio Nobel de Literatura Bei Dao de China, entre otros poetas de más de 30 países entre Europa, América y Asia.
Si desea ver la Entrevista a Renato Sandoval, poeta y director de la FIP lima haga clic aquí.
Fuente: http://lamula.pe/2013/04/23/con-los-nudillos-reventados/ceciliapodesta
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