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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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martes, 30 de abril de 2013

Los niños también matan

En la gran mayoría de ocasiones, los niños y jóvenes suelen ser personas dulces y buenos. Lamentablemente hay situaciones en que estos pequeños dejan toda la dulzura de lado y se convierten en seres irreconocibles. Ya sea por enfermedad o por ganas de llamar la atención, cometen acciones consideradas tan...
perversas que pueden calificarse como las peores de la historia.
1. Jon Venables y Robert Thompson
Los dos jóvenes tenían diez años cuando cometieron el crimen, uno de los más aberrantes de la historia del Reino Unido, por la corta edad de los autores y la saña con que torturaron a su víctima antes de matarla. La mañana del 12 de febrero de 1993 ambos faltaron a la escuela y fueron a un centro comercial de Bootle, en Merseyside. James Bulger estaba jugando frente a la carnicería, donde había entrado su madre, Denise. Cuando Thompson y Venables le tendieron la mano el niño, curioso y de naturaleza jovial, no lo pensó dos veces. La madre lanzó la alarma de inmediato, pero ya era tarde: James se había alejado con sus asesinos por una salida secundaria, como mostraron luego las cámaras de un circuito cerrado de televisión.
Fue el comienzo de una larga agonía. Cuando llegaron a una vía férrea del paraje de Walton, Thompson y Venables no mostraron piedad alguna.
Primero le arrojaron ladrillos encima al pequeño, luego lo golpearon repetidas veces con una barra de metal. El cadáver del niño fue hallado sólo el 16 de febrero, tras cuatro días búsqueda nacional: un tren lo había cortado en dos. Thompson y Venables, que fueron juzgados como adultos por decisión expresa del gobierno y condenados a cadena perpetua, serán vigilados todo el resto de sus vidas.
2. Brenda Spencer
¿A quién se le ocurre regalarle a una adolescente americana un rifle por Navidad?, pues a los padres de esta chica, los cuales tomaron la peor decisión de sus vidas al hacerlo.
Y es que esta chica lo usó para disparar en el interior de su escuela, hiriendo a ocho niños y a un policía, para posteriormente matar a otros dos profesores que intentaban proteger a los alumnos. Cuando finalmente fue detenida, alegó que lo había hecho porque “no le gustaban los lunes”.
3. Mary Bell
Fue encarcelada por estrangular a un niño pequeño llamado Martin Brown el 25 de mayo de 1968, el día anterior a cumplir sus 11 años de edad.
Por lo que se sabe, estaba sola al momento del asesinato. Entre ese momento y el segundo asesinato, ella y su amiga Norma Bell (quien no tenía relación familiar con ella) La Policía de Newcastle desestimó este incidente diciendo que era sólo una broma.
El 31 de julio de 1968 las dos tuvieron parte nuevamente en un asesinato y nuevamente por estrangulación, de Brian Howe de tres años de edad. Los informes de la Policía concluyeron que Mary Bell volvió al lugar del crimen con una navaja para escribir una “N” en el estómago del niño, y luego, con esa misma navaja pero con otra mano, formó la “M”.
Mary Bell también usó un par de tijeras para cortar partes del cabello de Brian Howe además de sus genitales. Las niñas eran muy jóvenes y sus testimonios se contradijeron mucho, por lo que nunca se supo con claridad lo que sucedió. En principio la muerte de Martin Brown fue declarada como accidente, ya que no había pruebas de nada extraño. Sin embargo, la muerte fue vinculada con el asesinato de Brian Howe y finalmente en agosto las dos niñas fueron detenidas y acusadas de dos cargos de asesinato en segundo grado.
4. Jesse Pomeroy
Fue conocido tristemente a finales del Siglo XIX como el “novio de Boston”, ya que con 14 años, secuestró y torturó a ocho niños menores de 10 años.
Por esos crímenes fue a un reformatorio, del cual salió rápidamente tras hacer una buena amistad con un funcionario de prisiones.
Tras ello, no acabo su carrera delictiva, ya que acabó con la vida de una niña de 11 años que fue a comprar a la tienda de su madre y con otro de 4 años de edad, al cual acuchilló tan salvajemente hasta casi decapitarlo. Tras ser preguntado por estos dos últimos crímenes, James contestó fríamente “Sí, supongo que yo lo hice, deténganme”.
5. Eric Harris y Dylan Klebold
Eric Harris, de 18 años de edad, y Dylan Klebold de 17, entraron en la escuela, de donde eran alumnos, armados con dos escopetas, una carabina Hi-Point 995 semiautomática de calibre 9 mm, una pistola Tec 9 semiautomática de calibre 9 mm, varios dispositivos explosivos caseros y una bomba compuesta por un tanque de propano de 9 kilogramos; los adolescentes, antes de suicidarse, realizaron numerosos disparos en la cafetería y en la biblioteca de la escuela, asesinando a 13 personas (12 alumnos y un profesor) e hiriendo a 24 alumnos, resultando un total de 15 personas fallecidas.
En total hubo dos tiroteos: el primero desde que los dos adolescentes abandonaron el estacionamiento hasta que entraron en el instituto; primero asesinaron a Rachel Scott, que estaba almorzando junto a su compañero Richard Castaldo (éste quedó paralítico tras recibir impactos de bala en la columna), luego a Daniel Rohrbough, cuando intentaba huir del instituto y finalmente a Dave Sanders, el cual falleció horas después de recibir los disparos por pérdida de sangre.
El segundo tiroteo fue el más sangriento, en el cual fallecieron 10 alumnos y otros muchos fueron heridos. Los asesinos, tras veinte minutos disparando en la cafetería e incendiándola, subieron de nuevo a la biblioteca donde lanzaron una última ráfaga de disparos a la policía y se suicidaron, primero Eric Harris, disparándose en la boca, y después Dylan Klebold disparándose en la cara. Se trata, hasta hoy día, del tiroteo más sangriento producido en un instituto en toda la historia de los EE.UU.
6. Joshua Phillips
A sus 14 añitos, aporreó a su vecina de 8 años hasta provocarle la muerte, después de lo cual la escondió debajo de su cama durante nada menos que una semana.
Cuando su madre descubrió que algo olía mal debajo del somier, descubrió el cadaver, por lo que aterrorizada por ello y por la sangre fría de su propio retoño, quién le confesó que solo había estado jugando con ella, huyó de la casa tan rápido como pudo.
Una vez solo, Joshua apuñaló el cadaver 11 veces sin ningún tipo de piedad, como quién acuchilla a un juguete roto que uno desprecia.
7. Luke Woodham
Este chico de 16 años, sufría el acoso y las burlas de sus compañeros en Pearl, Mississipi.
Cuando su novia le dejó, entró en cólera. Apuñaló a su madre la mañana del 1 de octubre, y se llevó al colegio un rifle y una pistola.
Mató a su ex novia y a otra chica. Y no paró ahí. Hirió a otros siete alumnos antes de quedarse sin municiones. Volvió al coche a por más, y fue detenido por el subdirector.
Woodham explicó que el mundo había sido injusto con él, que no podía aguantar más. «Maté porque la gente como yo es maltratada cada día», dijo. «He hecho esto para mostrar a la sociedad: abusan de nosotros y contestaremos».
En el juicio, declaró que había sido poseído por los demonios que eran manipulados por un miembro de su grupo.
8. Kipland Kinkel
Este estudiante de 15 años fue galardonado por sus compañeros con el dudoso premio de ser “quién iba a iniciar la III Guerra Mundial”.
Poco después, en un tiroteo, mató a dos de sus compañeros de clase e hirió a siete. Cuando la policía llegó a su casa, había matado también a sus padres, y los agentes de seguridad tenían preparadas varias bombas caseras destinadas a ellos, impactando una de ellas contra uno de los policías y acabando con su vida en el instante.
9. Edmund Kemper
Conocido como “El asesino de las colegialas”, poseía un cociente intelectual de 136 y desarrolló un comportamiento sociopatológico desde muy joven, ya que torturaba y asesinaba a animales, representaba rituales sexuales bizarros con las muñecas de sus hermanas y llegó a decir que, para besar a una maestra por la que se sentía atraído previamente tendría que matarla. El 27 de agosto de 1964, a los 15 años, Edmund tiroteó a su abuela – con la que vivía en un rancho de unas 7 hectáreas – mientras ésta estaba terminando su último libro para niños.
Pero, la cosa no acabó ahí, puesto que cuando llegó su abuelo también le mató. Acto seguido llamó a su madre y la instó a que avisara a la policía, pues había matado a sus abuelos.
Las declaraciones que dio a los agentes fueron las siguientes: él “sólo quería ver qué se sentía al asesinar a su abuela” y mató a su abuelo porqué sabía que se enfadaría por haber matado previamente a la abuela.
El quinceañero fue internado en el Hospital Estatal de Atascadero y, además de hacerse amigo de su psicólogo, se convirtió en su asistente.
Gracias a su inteligencia, se ganó tal confianza del doctor que se le permitió el acceso a las pruebas aplicadas a otros internos. Gracias al aprendizaje que obtuvo de estas pruebas impresionó a su médico y consiguió el alta, algo muy discutido por otros médicos, demostrando después que había sellado para siempre su historial juvenil.
10. Natsumi Tsuji
2004, Nagasaki (Japón): Natsumi Tsuji “Nevada Tan”, una estudiante sobresaliente de 11 años de edad, mata a una compañera de escuela, degollándola con un cutter en un aula, a causa de que la llamó ‘gorda’. Es sentenciada a 9 años de prisión.
Fuente: Vanguardia
 

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