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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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miércoles, 10 de abril de 2013

Yoani, Reinaldo y los libros que nunca llegaron


Yoani, Reinaldo y los libros que nunca llegaron

“Mis libros están vetados en Cuba”, contaba Yoani Sánchez la noche del lunes en el programa “La hora N”. “Una vez me enviaron desde España una caja que contenía diez ejemplares de un libro que recién había publicado, pero me los retuvieron en la aduana y nunca me los dieron”, continuó.
Sus declaraciones parecen un eco tardío de las de un joven Reinaldo Arenas, que a fines de los años 60, lamentándose que...
su novela “El mundo alucinante” estuviera prohibida en la isla, lloraba ante la luna, la misma que le sirvió siempre de consuelo. Yoani tiene los canales de televisión de todo el mundo a su favor. Reinaldo tenía el reflejo en el agua de su única compañera.

Ella, nacida en La Habana el 1975, graduada en filología y conocida en el mundo entero por su blog Generación Y, el cual le ha valido jugosos premios a nivel internacional, tiene un matrimonio estable, un hijo de 19 años y actualmente viaja a distintos países del hemisferio a contar su visión de Cuba.

Él, nacido en Aguas Claras un 16 de junio de 1943, sufrió junto a su madre la vergüenza del abandono. A su padre lo vio una vez y no necesitó de más para comprender que no era su destino ser querido, que en el dolor estaba oculta la esencia de su libertad. Se hizo escritor y sufrió la etapa más cruda del socialismo cubano. Fue golpeado, vejado y encarcelado, acusado de inmoral, un gastado eufemismo utilizado para encarcelar a los homosexuales.

Se sumó a la revolución cubana, como tantos otros, y se alejó en el momento exacto en que desertar, criticar y oponerse no era una opción en el régimen. Era Reinaldo Arenas el hombre de la voz más suave y violenta en la Cuba de ese entonces. Uno de los pocos que no se dejó arrebatar lo poco que tenía, su identidad.

“Fuiste el consuelo en las noches más desesperadas, fuiste mi propia madre, bañándome en un calor que ella tal vez nunca supo brindarme”, le escribiría a la luna en “Antes que anochezca”, libro autobiográfico en el que relata varios pasajes de su infancia y juventud, incluyendo su estancia en la cárcel.

En el transcurso de su agitada vida lloraría en prisiones los pormenores de su injusta condena. Y lo recordarían siempre como el hombre al que le robaron la paz del alma. Al salir de la cárcel, nunca más pudo estar tranquilo.

El rechazo, el dolor, los golpes que le daba su patria acusándolo de inmoral, de malo, de enfermo, de maricón, lo acompañarían también en Miami. Lo asfixiarían por siempre, obligándolo a destruirse en la inmundicia que le habían hecho creer que le pertenecía. Las etiquetas, a pesar de los esfuerzos, pesan sobre el que las carga con especial maldición.

CELESTINO ANTES DEL ALBA
Con “Celestino antes del alba”, Arenas obtuvo el segundo lugar en un concurso literario. Es la única obra que pudo publicar en su patria, pues aún no mostraba su rechazo abierto a la revolución. Su amistad con José Lezama Lima y Virgilo Piñeira, reconocidos escritores de la época, le sirvió para adiestrar su pluma.

Fue en esa época de decepción cuando escribió en el poema Autoepitafio: “No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito, /ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto/ (ni después de muerto quiso vivir quieto). /Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar/ donde habrán de fluir constantemente”, reza la parte final del poema. Esas cenizas fluirán constantemente, probablemente, hasta llegar al mar que roce su tierra, la cubana.

Poca gracia le haría a Reinaldo oír las declaraciones de Yoani Sánchez y comprobar que, a 23 años de su muerte en Miami, a los 43 años y víctima del SIDA, la cultura en la isla sigue estando supeditada a la ideología.

A pesar de todo, ‘Rey’ no dejó que le roben la alegría, y decidió dejarse engañar con la libertad que le ofrecía Miami, donde llegó en 1980, para morir 10 años más tarde, teniendo la angustia intacta, la misma que lo había interceptado una noche al interior de una prisión cubana y que le oprimió el pecho hasta su lecho de muerte.  

EL DATO:
En 2000 se estrenó la película “Antes que anochezca”, basada en la autobiografía del escritor y dirigida por Julian Schnabel. En el filme participó el actor peruano Santiago Magill y el rol principal lo interpretó Javier Bardem.

MILAGROS OLIVERA NORIEGA
molivera@diario16.com.pe

Fuente: http://diario16.pe/noticia/24931-yoani-reinaldo-y-los-libros-que-nunca-llegaron

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