El presidente Alan García prepara una gran movilización de despedida que pretendería opacar los actos de celebración del inicio del nuevo gobierno, aseguraron ayer fuentes del Partido Aprista, en cuyas bases hay resistencias a participar.
Señalaron que la orden recibida en Alfonso Ugarte es asegurar una concentración de por lo menos 50 mil personas, que irían a reclamar que el voluminoso expresidente regrese lo más pronto posible al poder.
Nuestros informantes advierten que en muchos comités del partido de la estrella hay fuerte resistencia a acatar la orden de movilizarse como si fueran los vencedores de las últimas elecciones, actitud que los dirigentes nacionales ha tomado como indisciplina. Indican además que los dirigentes apristas realizan coordinaciones paralelas para sumar fuerzas con los Fujimoristas a fin de garantizar el éxito de la despedida en “olor de multitud”.
El Fujimorismo dio una demostración de su capacidad de mover una importante portátil, basada principalmente en mujeres de los barrios populares, cuando García inauguró hace unos días la estatua del Cristo del Pacífico, en Chorrillos, y el grueso de la asistencia lo proporcionó la organización naranja que coreaba en favor del indulto a su líder.
IndultoEn opinión de militantes apristas descontentos, lo del indulto está caminando rápidamente y el juego del gobierno es hacer aparecer al presidente electo, Ollanta Humala, como condescendiente y dispuesto a sacar ventajas de la medida, de modo que García no tenga que pagar todo el costo de una decisión tan controvertida.
La idea de un Ollanta Humala pragmático dispuesto a ofrecer su silencio ante el indulto a Fujimori, esperando recibir a cambio una cierta tregua en los primeros meses de gobierno, ha sido calculada por apristas y Fujimoristas como un golpe mortal a la credibilidad del nuevo gobernante, señalaron las fuentes consultadas. Ese será el punto en el que se dirigirán los más importantes ataques del siguiente período, dijeron.
Esta estrategia se amarraría además a una disputa por las masas, cuyo primer eslabón sería la despedida de García, que tendría como escenario la avenida Alfonso Ugarte.
Se estima que ese mismo día habrá una concentración popular de recibimiento al nuevo gobierno, la que se pretende opacar con una movilización opositora que enviaría el mensaje de que el país sigue polarizado, y que el líder del antioficialismo sería, a partir del 29 de julio, el mismísimo Alan García, que por estas días satura a los medios con inauguraciones y discursos.
Raúl Wiener
Redacción
Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/noticia.php?IDnoticia=89507
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