Anders Behring había enterrado las armas y el disfraz de policía antes de perpetrar el tiroteo en Utoya. Se dopaba para prepararse a realizar los crímenes
(Reuters / AP)
Ayer se registró la “peor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial” en Noruega, tal como la calificó el primer ministro de dicho pais, Jens Stoltenberg. Unas 93 personas murieron en dos atentados perpetrados por Anders Behring Breivik, de 32 años. El primero de ellos ocurrió en el centro de Oslo, donde la explosión de un coche bomba provocó la muerte de siete personas; mientras que dos horas después, en la isla de Utoya, Stoltenberg asesinó a otras 86 durante una hora y media en la que disparó sin cesar.
Pero, ¿cómo preparó el doble atentado? Pues el homicida confeso primero escondió bajo tierra las armas (que habría comprado legalmente) y el disfraz de policía que utilizó en el tiroteo en el campamento juvenil en Utoya para que su madre no sospechara de los planes que tenía, según revela en su propio diario publicado en Internet, un documento de 1.500 páginas, informó “20 Minutos”.
Behring también confesó que tuvo grandes dificultades para conseguir el dinero suficiente para comprar los materiales para perpetrar su misión, a la que llamó “la operación”. Entre los objetos que adquirió desde diciembre del año pasado destacan una pistola, un fusil, una escopeta, así como elementos para fabricar una bomba (con la que destruyó el centro gubernamental de Oslo) y un chaleco antibalas.
Debido al poco dinero que tenía, se vio obligado a...
mudarse al ático de su madre, donde fue muy discreto con los preparativos del doble atentado. Asimismo, en su diario señaló que vivía atemorizado pensando que su madre u otra persona pudiera descubrir su plan en cualquier momento.
Ya en mayo se mudó a una granja para poder trabajar “sin ser molestado” cuando empezó a desarrollar la fase “desarrollo” de la operación, ya que entonces le resultaba complicado ocultar sus planes. Allí, incluso, ideó un plan de escape en caso alguien descubriera sus intenciones.
Behring cuenta que desde que vivió en este lugar cortó todo contacto con sus amigos, a quienes les decía que tenía mucho trabajo, por lo que no podía recibir visitas.
PRIMERAS PRUEBAS
El 13 de junio ya contaba con todos los materiales que emplearía en el centro de Oslo, así que realizó una primera prueba de detonación con éxito y luego fue a un restaurante a festejar su hazaña con alimentos y dulces.
Según explicó “20 Minutos”, en las semanas previas al doble atentado Behring se dopaba con anabolizantes para poder perpetrar su “operación”. Sin embargo, dijo estar preocupado por cómo estos afectaban su hígado.
El 18 de junio este noruego tuvo un percance con la dueña de la granja en la que vivía. La mujer le anunció que iría al lugar para recoger algunas pertenencias, pero él se lo impidió argumentado que todo estaba desordenado, así que regresó el 21 de junio.
Ya el 2 de julio realizó un simulacro de cómo sería el doble atentado. Sostuvo que realizó un recorrido desde la zona A hasta la B y luego desenterró los objetos que escondió cuando vivía con su madre.
“¿Qué pasa si se presenta ahora la Policía? Creerán que soy un terrorista”, se lee en una de sus últimas notas.
MENSAJES ULTRADERECHISTAS
La Policía halló en el domicilio de Anders Behring varios mensajes publicados en Internet con contenidos ultraderechistas y antimusulmanes. Por ejemplo, en su único mensaje escrito en su cuenta de Twitter decía: “Una persona con una creencia es tan fuerte como 100.000 que solo tienen intereses”.
De otro lado, el asesino confeso, en un manifiesto, acusó al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, de rendirse ante los musulmanes y de haber llegado al poder gracias a Al Qaeda. Lo llamó “comadreja apaciguada”, dijo que “ha olvidado su pasado” de reconquista y que “ha rendido el país a los musulmanes y a la inmigración masiva”.
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